Reinventando Mi CarácterMuestra

¿Te sientes fuerte?

Hoy es el 4to día de ayuno y oración. Tal vez, en momentos difíciles, ya con hambre. Extrañando ese postre que no has podido comerte.

Por otro lado, deseas quedarte tirado en la cama. Ves los errores de los demás. Sientes que Dios no te escucha. Pasarás junto al frutero de tu casa, y pensarás que no hace daño. Pero yo vengo a proponerte que continues. PERSEVERA. RESISTE. ANÍMATE.

El ayuno te trae beneficios impensables. Primero beneficios espirituales, y emocionales, que no tardarán en reflejarse en tu cuerpo. ¡Sí espirituales! Te sentirás más sensible. Necesitarás más oración y casi sin darte cuenta, sentirás tu dependencia de Dios. Recordarás más motivos para orar. Emocionalmente, estarás más sensible, pero tu mente empezará a despejarse y enfocarse en Jesús. Y tu cuerpo, sí tu cuerpo… no tiene por qué reaccionar violentamente a un ayuno. Dejarás de sentir hambre. Tu cuerpo lo educará en la misma oración. Y lo mejor es que puede ser que eso por lo que orabas, ahora ha tomado un viraje inesperado y ha empezado a alinearse.

Leamos 2 Corintios 13:4-5: "Aunque fue crucificado en debilidad, ahora vive por el poder de Dios. Nosotros también somos débiles, al igual que Cristo lo fue, pero cuando tratemos con ustedes, estaremos vivos con él y tendremos el poder de Dios. Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes; de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina".

En esa debilidad que tienes ahora, Dios te capacitará y sostendrá porque ahora vive ese poder de Dios en ti. No te desanimes. No te enfades contigo mismo, Dios no se enfadara contigo, pues Él quiere ayudarte. Y no olvides examinarte, para definir si tu fe es genuina.

Te animo a que busques examinar en este tiempo de oración, si se te está formando un corazón conforme al corazón de Dios, con una fe genuina. Cada noche, antes de dormir reflexiona qué pasó, qué hiciste, cómo fue tu carácter, tu fe, tu demostración de amor, tu compasión.

Ora para que tengas la perseverancia de obedecerle y la fuerza para examinarte para saber si tu fe es genuina.