La CreaciónMuestra

La creación está llamando

Cuando mis dedos de los pies se acercaron al precipicio de 300 metros, nadie tuvo que decirme que me impresionara por el Gran Cañón. El paisaje tenía algo bello y glorioso, sin importar en qué dirección mirara. No es de extrañar que más de cuatro millones de visitantes pasen por el cañón cada año.

¿Alguna vez se ha preguntado por qué nos conmueven momentos como ese? ¿Por qué las puestas de sol tropicales y las imponentes montañas y las risas de los niños pequeños nos conmueven tan profundamente? ¿Por qué buscamos nuestras cámaras cuando los árboles verdes estallan en naranjas y rojos ardientes? ¿Por qué suspiramos relajados automáticamente cuando el lago está en calma y el sol nos calienta? ¿Por qué este mundo con tanta frecuencia nos hace decir: "Guau..."?

El apóstol Pablo pudo responder a todas esas preguntas con una sola palabra: Dios. En Romanos, afirma: "porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas" (1:20). En otras palabras, usted puede ver al Dios que no puede ver. ¿Cómo? Entendiendo lo que ha hecho. Conectando este mundo creado con el Creador. Mirando a su alrededor con asombro y luego mirando hacia arriba para adorar a un Dios maravilloso.

La próxima vez que esta vida haga que se detenga a mirar, deténgase y vea a Dios. Mire hacia abajo los magníficos cañones, a sus amigos risueños al otro lado de la mesa de la cafetería, los ojos brillantes de un recién nacido después de una siesta y, finalmente, hasta el rostro invisible de Dios, que podría no ser tan invisible después de todo.