Un aterrizaje suave

Imagina que te precipitas hacia la superficie de Marte a casi 950 mph (millas por hora). Eso es más rápido que la velocidad del sonido. Parece que va a ser un aterrizaje forzoso, pero unos segundos después, sale tu paracaídas y frena tu caída a una suave velocidad de 200 mph. Los propulsores de los cohetes te guían el resto del camino hasta un aterrizaje suave. ¿Te parece una locura? Eso es exactamente lo que ocurrió cuando el explorador Perseverance aterrizó en Marte en febrero de 2021.

El paracaídas del Perseverance fue el más grande que se utilizó en una misión a Marte. Tenía 70,5 pies de ancho, o lo que es lo mismo, la longitud de dos autobuses estacionados de punta a punta. Este especial paracaídas espacial estaba hecho de un nylon ligero, pero extrafuerte, Technora (más fuerte que el acero) y Kevlar (el material que se utiliza para hacer los chalecos antibalas). El paracaídas funcionaba «atrapando» el aire y suavizando la caída de Perseverance. Como en Marte hay muy poco aire para «atrapar», unos pequeños cohetes propulsores suavizaron aún más la caída para que el róver tuviera un aterrizaje suave.

¿Alguna vez has sentido que te caes y estás a punto de estrellarte? Tal vez sea cuando estudias al máximo y aun así fracasas en el examen, o cuando tus padres se pelean una y otra vez. Confía en que Dios te dará un aterrizaje suave. Eso puede significar que tu problema se arregle y desaparezca. O puede significar que Dios te ayude a superarlo. Tu «paracaídas» puede ser un hombro en el que te apoyas, una nota de un amigo o un versículo de la Biblia que Dios introduce en tu día. Cuando sientas que estás a punto de estrellarte, sigue aferrándote a Él y te ayudará a aterrizar suavemente.

Oración

Dios, gracias por estar siempre presente para sostenerme cuando me caigo y siento que estoy a punto de estrellarme. Amén.