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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkJAS">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="JAS.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">La lengua</div><div class="p"> 1Hermanos m&#237;os, no os hag&#225;is maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenaci&#243;n. 2Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, este es var&#243;n perfecto, capaz tambi&#233;n de refrenar todo el cuerpo. 3He aqu&#237; nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos as&#237; todo su cuerpo. 4Mirad tambi&#233;n las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy peque&#241;o tim&#243;n por donde el que las gobierna quiere. 5As&#237; tambi&#233;n la lengua es un miembro peque&#241;o, pero se jacta de grandes cosas. He aqu&#237;, &#161;cu&#225;n grande bosque enciende un peque&#241;o fuego!</div><div class="p"> 6Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua est&#225; puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creaci&#243;n, y ella misma es inflamada por el infierno. 7Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8pero ning&#250;n hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. 9Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que est&#225;n hechos a la semejanza de Dios.#Gn. 1.26. 10De una misma boca proceden bendici&#243;n y maldici&#243;n. Hermanos m&#237;os, esto no debe ser as&#237;. 11&#191;Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? 12Hermanos m&#237;os, &#191;puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? As&#237; tambi&#233;n ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.</div><div class="s">La sabidur&#237;a de lo alto</div><div class="p"> 13&#191;Qui&#233;n es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si ten&#233;is celos amargos y contenci&#243;n en vuestro coraz&#243;n, no os jact&#233;is, ni mint&#225;is contra la verdad; 15porque esta sabidur&#237;a no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diab&#243;lica. 16Porque donde hay celos y contenci&#243;n, all&#237; hay perturbaci&#243;n y toda obra perversa. 17Pero la sabidur&#237;a que es de lo alto es primeramente pura, despu&#233;s pac&#237;fica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocres&#237;a. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch4" data-usfm="JAS.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">La amistad con el mundo</div><div class="p"> 1&#191;De d&#243;nde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? &#191;No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2Codici&#225;is, y no ten&#233;is; mat&#225;is y ard&#233;is de envidia, y no pod&#233;is alcanzar; combat&#237;s y luch&#225;is, pero no ten&#233;is lo que dese&#225;is, porque no ped&#237;s. 3Ped&#237;s, y no recib&#237;s, porque ped&#237;s mal, para gastar en vuestros deleites. 4&#161;Oh almas ad&#250;lteras! &#191;No sab&#233;is que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5&#191;O pens&#225;is que la Escritura dice en vano: El Esp&#237;ritu que &#233;l ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6Pero &#233;l da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.#Pr. 3.34. 7Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huir&#225; de vosotros. 8Acercaos a Dios, y &#233;l se acercar&#225; a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble &#225;nimo, purificad vuestros corazones. 9Aflig&#237;os, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10Humillaos delante del Se&#241;or, y &#233;l os exaltar&#225;.</div><div class="s">Juzgando al hermano</div><div class="p"> 11Hermanos, no murmur&#233;is los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si t&#250; juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero t&#250;, &#191;qui&#233;n eres para que juzgues a otro?</div><div class="s">No os glori&#233;is del d&#237;a de ma&#241;ana</div><div class="p"> 13&#161;Vamos ahora! los que dec&#237;s: Hoy y ma&#241;ana iremos a tal ciudad, y estaremos all&#225; un a&#241;o, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sab&#233;is lo que ser&#225; ma&#241;ana.#Pr. 27.1. Porque &#191;qu&#233; es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15En lugar de lo cual deber&#237;ais decir: Si el Se&#241;or quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16Pero ahora os jact&#225;is en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.</div>
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 <div class="chapter ch5" data-usfm="JAS.5">
 <div class="label">5</div><div class="s">Contra los ricos opresores</div><div class="p"> 1&#161;Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendr&#225;n. 2Vuestras riquezas est&#225;n podridas, y vuestras ropas est&#225;n comidas de polilla. 3Vuestro oro y plata est&#225;n enmohecidos; y su moho testificar&#225; contra vosotros, y devorar&#225; del todo vuestras carnes como fuego. Hab&#233;is acumulado tesoros para los d&#237;as postreros.#Mt. 6.19. 4He aqu&#237;, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por enga&#241;o no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que hab&#237;an segado han entrado en los o&#237;dos del Se&#241;or de los ej&#233;rcitos.#Dt. 24.14-15. 5Hab&#233;is vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; hab&#233;is engordado vuestros corazones como en d&#237;a de matanza. 6Hab&#233;is condenado y dado muerte al justo, y &#233;l no os hace resistencia.</div><div class="s">Sed pacientes y orad</div><div class="p"> 7Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Se&#241;or. Mirad c&#243;mo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tard&#237;a. 8Tened tambi&#233;n vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Se&#241;or se acerca. 9Hermanos, no os quej&#233;is unos contra otros, para que no se&#225;is condenados; he aqu&#237;, el juez est&#225; delante de la puerta. 10Hermanos m&#237;os, tomad como ejemplo de aflicci&#243;n y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Se&#241;or. 11He aqu&#237;, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Hab&#233;is o&#237;do de la paciencia de Job,#Job 1.21-22; 2.10. y hab&#233;is visto el fin del Se&#241;or, que el Se&#241;or es muy misericordioso y compasivo.#Sal. 103.8.</div><div class="p"> 12Pero sobre todo, hermanos m&#237;os, no jur&#233;is, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ning&#250;n otro juramento; sino que vuestro s&#237; sea s&#237;, y vuestro no sea no, para que no caig&#225;is en condenaci&#243;n.#Mt. 5.34-37.</div><div class="p"> 13&#191;Est&#225; alguno entre vosotros afligido? Haga oraci&#243;n. &#191;Est&#225; alguno alegre? Cante alabanzas. 14&#191;Est&#225; alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por &#233;l, ungi&#233;ndole con aceite#Mr. 6.13. en el nombre del Se&#241;or. 15Y la oraci&#243;n de fe salvar&#225; al enfermo, y el Se&#241;or lo levantar&#225;; y si hubiere cometido pecados, le ser&#225;n perdonados. 16Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que se&#225;is sanados. La oraci&#243;n eficaz del justo puede mucho. 17El&#237;as era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y or&#243; fervientemente para que no lloviese, y no llovi&#243; sobre la tierra por tres a&#241;os y seis meses.#1 R. 17.1; 18.1. 18Y otra vez or&#243;, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.#1 R. 18.42-45.</div><div class="p"> 19Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvar&#225; de muerte un alma, y cubrir&#225; multitud de pecados.#Pr. 10.12.</div>
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