Mantente Firme Muestra

Dios está levantando un ejército

Nuestro mundo se encuentra actualmente inmerso en el mayor conflicto de la historia de la humanidad. Debido a que la población del mundo es mayor que nunca, lo que está en juego en esta guerra espiritual es mayor que nunca. Es una batalla entre la luz y las tinieblas, el bien y el mal, la integridad y la corrupción, lo santo y lo profano, lo puro y lo impuro y el orgullo y la humildad. Es una batalla entre el Señor de los Ejércitos y el príncipe de las tinieblas. La Tierra es el escenario de la antigua batalla de Lucifer y sus ángeles contra el Dios vivo y sus ángeles. Te guste o no, tu vida, junto con la de más de 7 500 millones de personas, es tanto el escenario de esta batalla como el objetivo de la conquista.

La guerra espiritual que nos rodea está aumentando en intensidad. Muchos simplemente serán abrumados por las fuerzas de las tinieblas sin siquiera presentar batalla. Sin embargo, Dios está levantando y equipando a un grupo de creyentes para la lucha épica de los últimos días. Ellos serán parte del ejército espiritual de Dios. Se levantarán, responderán al llamado y se enfrentarán al enemigo. Como en la visión de Ezequiel, emergerán de los huesos secos de una religión derrotada y sin poder, a una vida dinámica y efectiva en Cristo. Serán impregnados con la Palabra de Dios. Serán animados por el aliento de Dios. En la visión de Ezequiel, un valle de huesos muertos muy secos representaba las esperanzas y aspiraciones del pueblo de Dios. Dios le dijo a Ezequiel que profetizara a los huesos y él hizo lo que Dios le ordenó. Volvieron a la vida y se pusieron en pie, formando un vasto ejército.

Hoy, Dios está levantando un ejército resucitado como el que vio Ezequiel. Han escuchado la Palabra del Señor, han experimentado el aliento de Dios y se levantarán. Como uno, se levantarán y se mantendrán firmes para ser testigos de asombrosas victorias sobrenaturales. De las cenizas de la derrota y del valle de la desesperanza, se levantarán y harán frente al Reino de Dios.