Carta De Dios Para Estos DíasMuestra

“¿Librará Dios al mundo o al menos a los cristianos de este sufrimiento?”

Fue la pregunta de mi amigo a través del teléfono cuando tocamos el tema de COVID. Llevamos casi un año de pandemia, las noticias hablan de muertos en todas partes, nuestro país está dividido política y socialmente, y el mundo en tensión por múltiples luchas y en direcciones divergentes. Las redes sociales nos informan, pero también difunden desinformación y abundan los mensajes de odio. Las emociones y sentimientos que producen estos acontecimientos en el ser humano no son nuevos. Vemos a través de la Biblia la necesidad del ser humano y el dolor de las personas, enfrentados con la salvación que Dios ha provisto al mismo ser humano.

Después del auge del Cristianismo en Asia Menor, del que fuera Pablo el principal instrumento, se vive un tiempo de decadencia; el mismo Pablo, al escribirle a Timoteo, no solo está preso sino abandonado por muchos de sus amigos y esperando su ejecución. Podemos casi palpar la falta de sentido, la pérdida de esperanza y la depresión emergiendo de esta escena.

Por eso es sorprendente el primer capítulo de esta carta. Lejos del desánimo y de echarse a morir, Pablo pide (amonesta) a Timoteo que tome tres cosas de Dios:

1) Poder. La palabra “poder” y “dinamita” tienen la misma raíz en griego;

2) Amor hacia los hermanos y

3) Dominio propio

La admonición a Timoteo es a continuar enseñando el mensaje de salvación de Cristo (un depósito que puso Dios en él) y a recordar que hay una promesa de Dios para él en el último día (un depósito que Timoteo ha puesto en Dios). Todo esto muy lejos de cualquier sentimiento de desesperanza o desánimo.

Luego, Timoteo es exhortado a actuar: avivar el fuego del don de Dios, dar testimonio de Dios, participar de las aflicciones por el Evangelio y preservar la enseñanza que había aprendido de Pablo.

Toda persona que enfrenta sus últimos días no oculta lo profundo de su corazón: Pablo no hace una impostura para esquivar el dolor ni sufre un delirio místico que no le permite entender la realidad. Luego de constatar el panorama, objetivamente sombrío, eleva la vista a Dios, toma fuerza de quién es Él y escribe esta carta. Aun desde la cárcel y casi moribundo, redacta este mensaje que ha cruzado siglos para llegar a nosotros y bendecirnos.

Cualquiera que sea tu realidad hoy, buena o mala, haz lo mismo que Pablo y sé de bendición.