El Poder Espiritual De La ConsagraciónMuestra

Consagración: Vida del altar y frutos

Un altar fuerte genera conocimiento, discernimiento, entendimiento y revelación.

La intimidad con el Espíritu Santo trae vida al altar encendido. Y, ¿qué produce un altar encendido? Un altar fuerte activa mucho:

1. Conocimiento espiritual: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos” (Oseas 6:6 RV60).
2. Discernimiento espiritual: Es la luz espiritual que te permite ver con claridad los propósitos de Dios detrás de cada persona o circunstancia. Por ejemplo, como Elías estaba en Avivamiento, él comprendió que el altar del pueblo se encontraba en ruinas y debía ser reparado antes de presentar la ofrenda y de orar.
3. Entendimiento espiritual: “Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba” (Hechos 12:11 RV60).
4. Revelación espiritual: ¿Qué es revelación?

a. Es maná escondido.
b. La piedrita blanca para ti.
c. Conocer los misterios de Dios.
d. Que Dios te devele Sus secretos y tesoros.
e. Tiene que ver con instrucciones que Dios quiere darte.
f. Mucho entendimiento sobrenatural de la persona y la obra de Dios.

Juan el Bautista es otro ejemplo de un varón con vida del altar fuerte. Él era una lámpara encendida que brilló en su tiempo y preparó el camino para el Mesías (Mateo 11:9-11). Así, un siervo del Señor activado ya no vive por ideas o planes o estrategias, sino por revelación. En otras palabras, él obedece la dirección de Dios, las instrucciones del cielo.

Por otro lado, si tenemos un altar encendido ya no es difícil servir a Dios. Sin embargo, esto solo es posible con una mentalidad de proceso y no de evento. Entonces se trata de tener un estilo de vida de comunión y no de esfuerzo (ley).

Para tener y mantener una vida de altar encendida, es necesario tomar decisiones estratégicas.

Como cristianos, nuestra responsabilidad es preparar y cuidar el altar (el corazón) todos los días.

Justamente, eso hizo la Iglesia primitiva. Fue una generación que mantuvo el fuego del Avivamiento por 300 años. Los apóstoles tomaron la decisión estratégica de proteger el altar. ¿Qué pasó? Tenían problemas por el crecimiento de la Iglesia.

Como vemos, la determinación estratégica fue perseverar en la oración y en la Palabra. Eso es poner el altar en primer lugar y no abandonarlo por el servicio a Dios. Además, en este pasaje observamos que la vida de altar desata un liderazgo eficaz y sabio. Los apóstoles se dieron cuenta que en la Iglesia no todo es predicar y necesitaban líderes operativos.

En realidad, la vida de altar da sabiduría y discernimiento espiritual para:

• Formar ministros.
• Delegar y organizar.
• Formar equipos y trabajar en equipo.
• Seleccionar líderes y ponerlos en la función idónea.

En resumen, para que el altar esté encendido no se llena de actividades. ¡Se llena de la presencia de Dios!

Una vida del altar con muchos planes y actividades es una vida llena de la tierra (con mente y corazón terrenal).

Una vida del altar saturada de la presencia de Dios es una vida colmada del cielo, una vida más olor a cielo que a tierra.

Es muy necesario orar para tener un liderazgo operativo eficaz que libere el tiempo de los líderes principales para que ellos inviertan más en “un encuentro transformador cara a cara con su Señor”.

En el cuidado del altar se aplican las 4 “D”: Decídete, determínate, dedícate y disciplínate.

1. Decisiones radicales. Los apóstoles decidieron no descuidar el altar. Dieron la solución al problema, pero continuaron enfocados en su propósito central de no descuidar la oración ni la Palabra.
2. Determinaciones radicales. Que te llevan a la perseverancia espiritual y a vivir procesos profundos con el Señor día a día. Estos procesos son los que producen cambios bien importantes.
3. Dedicación radical. Dios instruyó a Josué en esto. Lo único que le pidió fue que cumpla al pie de la letra lo que decía el libro de la ley de Dios y meditara en él de día y de noche, para que hiciera siempre lo que Él le ordenaba (Josué 1:8).
4. Disciplina radical. Hay que disciplinar la vida interior (mente, corazón) y el mejor educador es el Espíritu Santo. Por ejemplo: Tener la disciplina espiritual de poner tus ojos en Él.

TALLER DE VIDA

1. Un altar fuerte activa conocimiento, discernimiento, entendimiento y revelación. ¿Tu vida del altar está generando eso?
2. Para cuidar tu comunión con Dios, ¿qué decisiones estratégicas tienes que tomar?
3. Reflexiona, ¿qué es más fácil? ¿Llenar tu altar de actividades o de la presencia de Dios? ¿Por qué?

ORACIÓN

“Señor, clamo a Ti para que restaures y enciendas mi vida del altar y me cultives en decisiones, perseverancia y disciplinas espirituales, que me lleven al conocimiento, discernimiento, entendimiento, revelación y permanencia en Ti, como estilo de vida. Amén”.