Mucha Mies Pocos ObrerosMuestra

Cuando Jesús se refirió a la mies, no hablaba literalmente del tiempo de siega donde abundan los frutos que han de ser recogidos porque están maduros y no se echen a perder. Jesús comparaba la mies con la gran cantidad de personas prontas a su conversión al Señor por medio de la evangelización. La agricultura tanto como la evangelización es un trabajo que requiere de muchas personas que desarrollen distintas tareas que complementen el propósito final de llevar el producto final al dueño de la cosecha. El versículo en 1 Corintios 3:6 “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” es un ejemplo de que no importando tu trabajo en el proceso, ya sea que prediques o instruyas la palabra de Dios, al final quien complementa el trabajo y el producto final es Dios.

El trabajo de evangelización es conocido como la gran comisión “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19-20). El Señor Jesús en Mateo 9:38 les explica en forma de parábola que la muchedumbre de personas prontas a su conversión en discípulos de Cristo sobrepasa la cantidad de obreros que compartan la buenas nuevas de salvación a todo el mundo; esta es la razón por la cual Jesús no tan solo le dice a los discípulos que pidan sino que rueguen al Padre para que envíe más personas que salgan a cumplir la gran comisión.

La palabra rogar significa pedir una cosa como favor o gracia; al pedir como favor o gracia y compartir el evangelio a esas personas que necesitan escuchar del Salvador del mundo vemos que también se cumple otro mandato dejado por el Señor que se encuentra en Mateo 10:8 "Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. La segunda carta de Pablo a Timoteo brevemente describe un obrero aprobado por Dios en el capitulo 2 versículos 14-26; ahí resalta cualidades tales como no ser contencioso, usar bien la palabra de Dios, santificado, dispuesto para toda buena obra, alguien que sigue la justicia, fe, el amor y la paz con sus hermanos en Cristo, amable, apto para enseñar, sufrido y que sepa corregir.