TÚ LO HARÁS

PARTE DOS: La Fuente de Esperanza

Miedo, ansiedad y desconfianza palpitaban en los corazones de los Israelitas mientras huían al desierto y se encontraban atrapados en el Mar Rojo. Habían confiado en el Señor, pero ¿Para qué? En Éxodo 14:10, vemos que, a medida que el enemigo y opresor avanzaba hacia los israelitas, el pueblo comenzó a culpar a Moisés y a dudar de Dios. En los meses previos a este momento, Dios había mostrado Su poder a través de las plagas que pusieron de rodillas a Egipto, terminando con la Pascua y la libertad de los israelitas. Sin embargo, en ese momento, suspendido entre un ejército y el mar, nadie se detuvo para recordar la fidelidad y la fuerza de Dios. Todo lo que podían ver era su presente, y una prueba muy real.

Entonces, Moisés llamó al pueblo, “-No tengan miedo —les respondió Moisés—. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos! Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes”. (Éxodo 14:13-14). El resto es historia. Dios creó un camino a través del mar y los israelitas cruzaron a salvo. Luego, mientras los egipcios los perseguían, el mar se les cerró, destruyendo a todo el ejército y asegurando la libertad del pueblo de Dios. En el versículo 31, vemos que las personas “temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés”.

A veces, frente a los desafíos actuales y muy reales, olvidamos todo lo que Dios ya ha hecho por nosotros. Es fácil perder de vista Su fidelidad y comenzar a culpar a personas o cosas por nuestra situación. La duda puede invadirnos y hacernos retroceder de la vida de fe a la que Dios nos ha llamado. ¿Estás enfrentando algún desafío en este momento? ¿Ha sido probada tu fe o la duda ha tratado de apoderarse de tu corazón?

La fe mira hacia atrás y ve la fidelidad de Dios y su poderosa liberación. La fe también mira hacia adelante, más allá de las pruebas del presente. A pesar de cualquier problema, desafío o situación imposible en la que te encuentres, recuerda que Dios es grande y poderoso para salvar. ​​Él ha sido y siempre será un Salvador y Redentor. Así como los israelitas en las orillas del Mar Rojo, es posible que no veas un camino en este momento, pero Dios puede hacerlo. Puede que no sepas cómo, pero puedes tener la seguridad de que lo hará.

El Apóstol Pablo escribió en el libro de Romanos, “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Dios es nuestra fuente de esperanza, alegría y paz en tiempos de angustia. Todo lo que necesitamos es poner nuestra confianza en Él.

Reflexión y Aplicación:

Jeremías 17:7 dice: “Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él” y Salmos 120:1 dice: “En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió”. Toma un momento para examinar la situación de tu corazón. ¿De verdad confías en Su liberación? ¿Es fuerte tu fe o apenas se sostiene? Él puede encontrarte dondequiera que estés; incluso en las orillas de la imposibilidad, Él puede abrir un camino. Elige tener fe ahora y anímate porque Él es el Dios de lo imposible.

Oración:

Querido Dios, mientras recorro este camino de fe, oro para que fortalezcas mi corazón y mis convicciones. Pongo mi fe en Ti. Elijo confiar en Ti y sólo en Ti. Oro para que me llenes con Tu gozo, paz y esperanza a través del poder de Tu Espíritu Santo. Declaro que Tú eres mi fuente, mi Libertador y mi Proveedor. Puede que no sepa cómo abrirás el camino, pero sé que lo harás. En el poderoso nombre de Jesús, amén.