¿Rebelde Yo?Muestra

La murmuración de Aarón y Maria

Dios había delegado su autoridad a Moisés.¡Que malo fue que Aarón y María atacaran la posición de Moisés por causa de un problema familiar!. María podía tratar con su hermano; pero no podía rebelarse a la autoridad de Dios. El problema consistió en que ni Aarón ni María reconocieron la autoridad de Dios en Moisés, olvidaron verla y solo podían ver a su hermano. Al basarse en un fundamento puramente natural, concibieron un corazón rebelde.

Pero Moisés no protestó. Sabía que si Dios lo había levantado para ser la autoridad, no necesitaba defenderse. Puesto que Dios le había dado la autoridad, podía guardar silencio.

La autoridad que Moisés representaba era la de Dios. Y nadie puede quitar la autoridad que Dios ha dado.

Las palabras rebeldes ascienden al cielo y son oídas por Dios. Cuando Aarón y María pecaron contra Moisés, pecaron contra Dios, quien estaba en Moisés.

La rebelión se manifiesta en la lepra

La ira de Dios se encendió contra María y Aarón y la nube se apartó del tabernáculo. Se perdió la presencia de Dios e inmediatamente María se volvió leprosa como la nieve. La rebelión de María era algo interno y se manifestó en la lepra, la cual era externa. Y la que así se había vuelto leprosa tuvo que ser aislada, perdiendo toda comunicación con los demás.

Debe prestarse especial atención cada vez que se profieren palabras rebeldes. Tales palabras no debieran hablarse. Las palabras rebeldes prueban que dentro hay un espíritu rebelde, el cual es el germen de la rebelión. Debemos temer a Dios y no hablar descuidadamente. Pero hoy hay quienes hablan contra los pastores y líderes de la Iglesia u otras personas que están sobre ellos y no se dan cuenta de la gravedad de hablar así.

La rebelión de Core, Datán y Abiram

Rebelión colectiva

Fueron irrespetuosos con Moisés y Aarón. Puede que hayan sido muy honestos en lo que decían, pero les faltó ver la autoridad del Señor.

No obstante, aún bajo estas graves acusaciones, Moisés no se enojó ni perdió la paciencia. Simplemente se postró sobre su rostro delante del Señor.

Pero Dios y su autoridad delegada son inseparables. No es posible mantener una actitud hacia Dios y otra hacia Moisés y Aarón. Nadie puede rechazar la autoridad delegada de Dios con una mano y recibir a Dios con la otra.

La rebelión es un principio infernal. Como esta gente se rebeló, se abrió la puerta del Seol. Una razón por la que a veces la iglesia no prevalece es la presencia de los rebeldes. La tierra no abrirá su boca a menos que haya un espíritu rebelde. Todos los pecados liberan el poder de la muerte; pero el pecado de rebelión lo hace mucho más. Solo los obedientes pueden cerrar las puertas del Hades y liberar la vida.

La rebelión es contagiosa

El espíritu de rebelión es muy contagioso. El juicio de los 250 dirigentes que ofrecieron incienso no trajo ninguna tregua a la congregación. Todavía eran muy rebeldes, afirmando que Moisés había dado muerte a sus dirigentes.

Los ojos humanos solamente ven a los hombres; no saben que la autoridad viene de Dios. Tales personas son tan audaces que no tienen temor, aunque hayan visto el juicio.

Dios pudo soportar sus murmuracionesen el desierto muchas veces; pero no permitiría que resistieran a su autoridad. Dios puede tolerar y soportar muchos pecados, pero no puede tolerar la rebelión, porque ésta es el principio de la muerte, el principio de Satanás. En consecuencia, el pecado de rebeliones más grave que cualquier otro pecado. Cada vez que el hombre resiste a la autoridad, Dios ejecuta juicio de inmediato. ¡Que solemne es esto!

Estamos ante una llamada de atención del Señor, tal vez sea una oportunidad de Dios de corregir nuestro corazón y caminar en su libertad.