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LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

Sexto día Iglesia y hoy nos toca hablar de la obra del Espíritu Santo.

Dejame comentarte una experiencia que me tocó vivir, hace muchos años, en una de las campañas que teníamos del hermano Carlos Annacondia. Yo estaba trabajando en la carpa de liberación y justo ese día el Pastor Hugo Basile, aquel que admiro, un hombre de Dios, un hombre que me ha enseñado cada uno de los pasos y lo sigue haciendo en la actualidad, para poder ministrar y depender del Espíritu Santo.

Y recuerdo que ese día a una mujer con mucha necesidad junto a su marido, y en el momento de ministrarla, ahí ocurrieron las cosas espirituales que ocurren dentro de la carpa de liberación. Los espíritus empezaron a manifestarse en el cuerpo de esta mujer y cuando quisimos volver ministrarle para que ella pudiese encontrar la Libertad en Cristo no pudimos, se negó. Y yo te tengo que ser sincero, me enojé tanto, estaba tan enojado porque teníamos la oportunidad de ver una persona totalmente transformada, libre para la gloria de Dios y en un instante simplemente con su decisión de no querer hacerlo.

Y recuerdo que se fue así con los espíritus manifestados, los demonios la estaban atormentando, recuerdo que tomó su cartera y comenzó a caminar y del lado izquierdo iba el pastor Hugo Basile y del lado derecho iba yo y el Pastor Hugo me decía: -Jorge permitirme que yo quiero hablar con ella-, mientras los tres caminamos hacia la salida de la carpa. Y él le decía: -No te dejes hacer esto por el diablo, Jesús te ama. Pero no hay problema, si vos no querés ser ministrada, nosotros no te vamos a obligar, es totalmente voluntario.

Y ¿sabes? salió de esa carpa y le dijo: vos salís de esta carpa bajo la convicción del Espíritu Santo. Bueno así esta mujer se fue en medio de la multitud de la campaña y yo me quedé en la entrada esa carpa, te tengo que ser honesto, mordiendo bronca porque no pudimos ministrar y yo dije ¿por qué? Y bueno el Pastor Hugo se acercó a mí, ya conociéndome casi como un hijo, vino y me dijo: -Jorgito quédate tranquilo no te preocupes, no pongas carga en tu corazón con esto. Ella salió de acá bajo la convicción del Espíritu Santo-. Y esas palabras me resonaron, claro, en mi inexperiencia dije ¿Cómo poder entender esto? Miren, no pasaron siquiera 15 segundos que misma mujer que se había escondido en la multitud segundos después, apareció delante de nosotros, gritando los espíritus dentro de ella, gritando, pidiendo socorro y la mujer con un corazón totalmente roto y herido, totalmente despeinada por fuera, recuerdo que tenía aserrín de las campañas que hacemos nosotros, ¿y saben qué? esa mujer gritaba ¡Por favor sáquenme lo que tengo dentro, ayúdenme, necesito ser libre! ¡Necesito a Jesús!

Y bueno, la verdad volvió una alegría a mi corazón porque tomamos esta mujer, accedió voluntariamente a ser ministrada, Dios la hizo libre, se fue junto a su esposo y su vida, una vida más, una vida transformada.

¿Por qué te cuento esta experiencia? porque quiero que ores confiando en que si ese familiar, ese amigo, ese vecino, tu compañero de facultad, cualquier persona que vos tenés en esa lista, si va a estar en ese altar estos días de campaña que se avecina, ¿Sabes por qué va a ser? porque el Espíritu Santo va hacer su obra y ¿Cuál es la obra? traer convicción de pecado. El Espíritu Santo le va a mostrar su condición de pecador en este universo y de la necesidad de Jesús, para volver a Dios. Así que no pierdas la esperanza, en este día oramos para que el Espíritu Santo convenza cada uno de esos corazones.

Dios te bendiga.