Año nuevo: un nuevo comienzoMuestra

Vivir con una vida nueva

A través del profeta Ezequiel aprendemos que Dios nos ofrece un corazón nuevo. A diferencia de un trasplante de corazón físico, que prolonga nuestra vida terrenal, esta transformación espiritual que Dios nos regala, cambia radicalmente nuestra vida. Jesús enseñó que del corazón salen los asuntos de la vida. Como tal, cuando Jesús nos da un corazón nuevo, todos los aspectos de nuestras vidas se ven impactados. Por medio de Cristo somos una nueva creación, las cosas viejas pasaron y las cosas nuevas han llegado. Tenemos una nueva vida.

Nuestro pecado es perdonado. Nuestra culpa y vergüenza desaparecen. Ahora, incluso nuestras luchas parecen diferentes. Puesto que hemos sido perdonados, podemos perdonar. Hemos recibido misericordia para que podamos ser misericordiosos. El Creador de todas las cosas nos ha valorado. Así que no tenemos que demostrar nuestro valor a nadie, ¡ni siquiera a nosotros mismos!

Nuestra autoimagen se transforma cuando nos vemos a nosotros mismos a través de los ojos de Aquel que nos conoce mejor y nos considera dignos de su sacrificio. Tenemos una esperanza eterna que nunca cambia, aunque las circunstancias cambien. Tenemos un gozo fundamental que supera las pruebas y tribulaciones de esta vida. Tenemos una nueva vida.

Pero el tener un nuevo valor no significa que nuestras circunstancias cambien automáticamente. Tampoco significa que otras personas cambien. Por ejemplo, nuestro jefe injusto y arrogante puede seguir siendo cruel e irrazonable.

Nosotros, sin embargo, somos diferentes. Podemos ver las cosas de manera diferente, entenderlas de manera diferente y responder de manera diferente a los problemas de la vida. Esto se debe a que somos "nuevas criaturas en Cristo". Qué concepto tan radical y transformador el que Jesús describió como "nacer de nuevo". Podemos vivir nuevos porque somos nuevos. Tenemos una vida nueva a través de Jesucristo.