Tengo Preguntas: Un Devocional Sobre RazaMuestra

Escrito por Cherish, 17 años de Charlotte, NC, EE. UU.

No importa de qué tipo de familia vengas, todos conocemos la sensación de sentirnos frustrados por ellos. A veces parece que nadie podría volvernos más locos que nuestra propia familia.  Al mismo tiempo, en el momento en que alguien habla mal de ellos, eso no nos parece nada bien. Nadie se mete con los nuestros. Según este versículo, todos somos hijos de la misma familia: la familia de Dios. Ese mismo deseo de proteger que sentimos por nuestra propia familia, es lo que deberíamos sentir por cualquiera de quien se habla mal o se trata mal. 

Hoy, si ves que alguien está siendo tratado mal, intervén y habla como si fuera tu propio miembro de la familia tratado de esa manera.