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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 134 DE 365

Con Dios es posible



Tenía 18 años cuando conocí a Jesús. Recuerdo claramente una conversación que tuve con un líder cristiano poco después y le dije lo contento que estaba de no haberme convertido en cristiano antes, ya que había podido experimentar la diferencia entre la vida sin Dios y la vida con Dios pero él me señaló el error que cometía al pensar de este modo y apuntó que cuanto más rápido experimentemos la vida con Dios es mucho mejor.

Ahora, al mirar atrás en mi vida, veo la sabiduría de sus palabras y estoy tan agradecido con Dios de que nuestros hijos pueden mirar atrás en sus propias vidas y decir que nunca han experimentado un momento «sin Dios» en su vida.

A lo largo de los años he entrevistado a cientos de personas que han encontrado a Jesús en Alpha, cuando comparan su vida *sin Dios* y su vida *con Dios*, transmiten una sensación de gran gozo y alivio y a menudo lamentan no haber comenzado su vida *con Dios* antes.

Somos creados para vivir en una relación con Dios, sin eso, la vida nunca tendrá sentido. El estar *con* Dios es aún más importante que lo que haces *por* Dios. Con Dios, todo es posible.

Salmos 60:5-12



1. Ganar la victoria


La ayuda humana carece de valor si se compara con la ayuda de Dios, «Con Dios», dice David refiriéndose a las batallas físicas, «obtendremos la victoria» (v.12). El apóstol Pablo escribe que nuestras principales batallas no son físicas; no son «contra carne ni sangre, sino [...] contra espíritus de maldad en los lugares celestiales» (Efesios 6:12, RVA-2015).


David ora: «Líbranos con tu diestra, respóndenos para que tu pueblo amado quede a salvo [...]. Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda humana. Con Dios obtendremos la victoria» (Salmo 60:5,11-12a).



Señor, gracias porque *con Dios* puedo estar tranquilo. En todas las batallas que enfrento hoy, confío en Ti.


Juan 8:12-30



2. Complacer a Dios


¿Te das cuenta de que puedes complacer a Dios? Jesús afirma: «siempre hago lo que le agrada» (v.29). Este debe ser nuestro objetivo en la vida, agradar a Dios.


Jesús es el modelo para nosotros de una vida con Dios. Él declara: «No estoy solo. El Padre, quien me envió, está conmigo» (v.16, NTV) y añade: «El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo» (v.29a). A lo largo de este pasaje, descubrimos algo acerca de la relación de Jesús con su Padre.


Jesús dice: «Sé de dónde he venido y a dónde voy» (v.14). Muchas personas luchan en la vida porque no saben de dónde vienen o hacia dónde se dirigen, y lo pasan mal por la falta de propósito y dirección en sus vidas. En una relación cercana con Dios, puedes saber de dónde viniste y, en última instancia, hacia dónde vas.


La relación de Jesús con el Padre también fue la fuente de su propósito y dirección día a día. Él declaró: «No hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo conforme a lo que el Padre me ha enseñado» (v.28). Apunta: «El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo» (v.29a).


Este es el ejemplo para nosotros. Dios estaba con Jesús y Jesús sabía que nunca estaba solo; no hubo nada que él hiciera sin Dios. Su deseo fue agradar a Dios en todo momento, «siempre hago lo que le agrada» (v.29b). Esto es lo que le dio a su vida tal poder y eficacia. «Mientras aún hablaba, muchos creyeron en él» (v.30).


Jesús no solo estaba con Dios, sino que era Dios.


Jesús afirma dos veces en el pasaje de hoy: «Yo soy» (8:24,28). Las palabras traducidas «Yo soy» son las mismas palabras que se usan en la traducción griega de Éxodo 3:14-16. Allí, Dios se reveló a Moisés como «YO SOY EL QUE SOY». Este nombre vino a expresar la identidad de Dios y la cercanía de Dios con su pueblo.


Jesús mismo usa este nombre. No poseemos existencia, nacemos y morimos. Recibimos nuestra existencia, Jesús es existencia. Jesús le está diciendo a la gente que Dios se ha acercado una vez más a ellos en él. Jesús es Emanuel, Dios con nosotros.


Jesús apunta que tenemos la más clara demostración de su identidad cuando miramos a la cruz: «Jesús añadió: –Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, sabrán ustedes que yo soy, [el que afirmo ser]» (Juan 8:28).


Jesús tenía plena confianza en su propia identidad. La clave de su confianza e identidad radicaba en su relación con el Padre. Esto mismo también será verdad en ti. Al pasar tiempo con el Padre en oración, en adoración o en la lectura de las Escrituras, crecerá tu sentido de identidad y confianza en Dios, puedes saber de dónde vienes y hacia dónde vas.


No importa lo que la gente diga acerca de ti, puedes caminar con confianza con la cabeza en alto. Tu identidad está en Cristo, está arraigada en lo que él piensa acerca de ti y su presencia contigo.



Padre, gracias porque estás *conmigo* y no me has dejado solo. Ayúdame, como Jesús, a hacer siempre lo que te agrada y siempre a decir lo que me has enseñado.


Jueces 18:1-19:30



3. Hacer brillar la luz de Dios


Las atrocidades cometidas por el Daes como la decapitación y crucifixión de víctimas inocentes, el abuso en general de niños, el terrible mal de la trata de seres humanos y la esclavitud moderna – nos hacen ver que vivimos en un mundo oscuro. Pero no vivimos sin esperanza. Con Dios, la luz puede expulsar la oscuridad.


Israel estaba en un período oscuro de su historia. El pueblo fue llamado a caminar en una estrecha relación con Dios bajo el gobierno directo y el reinado de Dios como su Rey. Si hubieran vivido así no habrían necesitado un rey humano.


Sin embargo, ahora vivían en el peor escenario posible. No vivían bajo el reinado del Señor, ni siquiera tenían un rey humano para mantener el orden y frenar el caos.


Estos eran días sombríos. «En aquella época no había rey en Israel» (18:1, 19:1). Se inclinaron a la adoración de ídolos (Capítulo 18). Leemos el relato terrible y perturbador de los malvados excesos en una tierra sin ley. La espantosa violación, abuso y disección de una mujer, hizo que todo el que lo viera dijera: «Nunca se ha visto, ni se ha hecho semejante cosa, desde el día que los israelitas salieron de la tierra de Egipto. ¡Piensen en esto! ¡Considérenlo y dígannos qué hacer!» (19:30). Aquel fue un tiempo de total oscuridad, de vida sin Dios.


Por más terrible que fuera aquella atrocidad, no ha sido la única en la historia del mundo. Pueden ocurrir atrocidades terribles cuando una sociedad rechaza a Dios y a sus leyes, haciéndola presa a veces del caos más absoluto.


En una entrevista se le preguntó al general canadiense Romeo Dallaire, quien formaba parte de la misión de la ONU en Ruanda y fue testigo del genocidio, cómo todavía podía creer en Dios. Él respondió: «Yo sé que hay un Dios, porque en Ruanda le di la mano al diablo. Lo he visto, lo he olido y lo he tocado. Sé que el diablo existe y por lo tanto, sé que hay un Dios».


En el lenguaje bíblico, la «oscuridad» no es solo la noche, sino también las fuerzas del mal que pueden seducirnos y alejarnos de caminar en la dirección correcta hacia la luz de la vida: Jesús es quien trae luz a este mundo oscuro.


Jesús se pone en el lugar de Dios con toda naturalidad y en una chocante afirmación asegura que él es «la luz del mundo» (Juan 8:12). Un mundo sin Dios es un mundo en tinieblas. Pero Jesús señaló: «El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).


Cuando te vuelves a Jesús, sales de la oscuridad de la vida sin Dios a la luz de la vida con Él. Jesús nos llama de las tinieblas, el conflicto y la muerte, a la luz de la vida y el amor. Él le da sentido y dirección a tu vida. No solo eso, sino que cuando vivimos con Dios, buscando complacerlo, encarnamos juntos la «luz de la vida» para traer luz a nuestro mundo oscuro.


De verdad puedes marcar la diferencia en el mundo que te rodea. Tu vida en Cristo puede brillar como luz en medio de la oscuridad espiritual del mundo que te rodea. Como dijo Martin Luther King: «La oscuridad no puede suprimir a la oscuridad; sólo puede hacerlo el amor. El odio multiplica el odio, […] el odio descoyunta la personalidad, y el amor la unifica de una forma sorprendente y eficaz».



Señor, ayúdanos a ser una comunidad que trae tu luz a un mundo oscuro. Ayúdanos como individuos y como iglesia a vivir contigo, a complacerte y a traer la luz de la vida, el amor y el gozo a los que nos rodean hoy.


Pippa Adds



Jueces 19


Estoy consternada por la forma en que eran tratadas las mujeres en el Antiguo Testamento (y todavía hoy en algunas partes del mundo). Doy gracias porque cuando Jesús vino, restauró nuestra dignidad y rompió las barreras de género de la época.



References



Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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