No es el Final, Confía

Cuando pasamos por temporadas difíciles tendemos a creer que es el final, que no vamos a poder levantarnos y seguir adelante. Nuestros ojos se ciegan y nos es difícil confiar en Dios en medio del proceso.

La confianza es esencial para mantenernos de pie cuando los vientos soplan en dirección contraria a nosotros. Confiar es saber que aunque tus ojos no lo vean, Él está obrando; aún en el silencio, Él está trabajando. Y en ese silencio es donde mostramos que verdaderamente confiamos.

Este momento de sufrimiento es una temporada, no es el final.

Dios no nos prometió una vida sin temporadas difíciles, pero si nos prometió estar presente en medio de nuestras temporadas difíciles. Él no nos prometió que los vientos no soplarían fuerte, sino que su presencia iría con nosotros en medio de la barca.

El final de tu camino no es esta temporada de sufrimiento que estás viviendo, es un maravilloso encuentro con Jesús. Ten fe y confía porque Él ya ha vencido al mundo. En esta temporada de sufrimiento Él irá delante de ti, no te abandonará ni te desamparará. Dios es fiel, y grande es su fidelidad hacia sus hijos.

¡CONFÍA!, porque cuando confiamos en medio del proceso le demostramos al enemigo que él no tiene poder sobre nosotros. Así que no desmayes, sigue creyendo y confiando en el amor de Dios hacia ti.

Hoy quiero decirte que las crisis más grandes provocan los más grandes avivamientos. Aprovecha este tiempo de crisis que estás pasando. ¡Sí, aprovéchalo! Aprovéchalo para levantarte y provocar algo diferente en tu vida.

RECUERDA: es una temporada, no es el final. ¡Confía, Dios va contigo!