La Iglesia en Movimiento: Manifiesta Lo Eterno en La Tierra

Firmes en La Prueba: El Camino Hacia La Vida

¿Está Cristo Dividido?

Devocional Septiembre "Lámpara a mis pies"

Una vida guiada por el Espíritu Santo

Domando La Lengua: La Batalla Interior Que Define Tu Exterior

El Poder de Dios Cambiará Tu Vida

Ese dios Llamado Dinero

Jesús Al Centro: 6 Días Para Redescubrir Su Grandeza

La Mente De Cristo

Biblia Reina Valera 1960

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="NEH.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Oraci&#243;n de Nehem&#237;as sobre Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Palabras de Nehem&#237;as hijo de Hacal&#237;as. Aconteci&#243; en el mes de Quisleu, en el a&#241;o veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Jud&#225;, y les pregunt&#233; por los jud&#237;os que hab&#237;an escapado, que hab&#237;an quedado de la cautividad, y por Jerusal&#233;n. 3Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, all&#237; en la provincia, est&#225;n en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusal&#233;n derribado, y sus puertas quemadas a fuego.</div><div class="p"> 4Cuando o&#237; estas palabras me sent&#233; y llor&#233;, e hice duelo por algunos d&#237;as, y ayun&#233; y or&#233; delante del Dios de los cielos. 5Y dije: Te ruego, oh Jehov&#225;, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6est&#233; ahora atento tu o&#237;do y abiertos tus ojos para o&#237;r la oraci&#243;n de tu siervo, que hago ahora delante de ti d&#237;a y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; s&#237;, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Mois&#233;s tu siervo. 8Acu&#233;rdate ahora de la palabra que diste a Mois&#233;s tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersar&#233; por los pueblos;#Lv. 26.33. 9pero si os volviereis a m&#237;, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersi&#243;n fuere hasta el extremo de los cielos, de all&#237; os recoger&#233;, y os traer&#233; al lugar que escog&#237; para hacer habitar all&#237; mi nombre.#Dt. 30.1-5. 10Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. 11Te ruego, oh Jehov&#225;, est&#233; ahora atento tu o&#237;do a la oraci&#243;n de tu siervo, y a la oraci&#243;n de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen &#233;xito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel var&#243;n. Porque yo serv&#237;a de copero al rey.</div>
 </div>
 </div>
</div>

Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="NEH.2">
 <div class="label">2</div><div class="s">Artajerjes env&#237;a a Nehem&#237;as a Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Sucedi&#243; en el mes de Nis&#225;n, en el a&#241;o veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de &#233;l, tom&#233; el vino y lo serv&#237; al rey. Y como yo no hab&#237;a estado antes triste en su presencia, 2me dijo el rey: &#191;Por qu&#233; est&#225; triste tu rostro? pues no est&#225;s enfermo. No es esto sino quebranto de coraz&#243;n. Entonces tem&#237; en gran manera. 3Y dije al rey: Para siempre viva el rey. &#191;C&#243;mo no estar&#225; triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, est&#225; desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?#2 R. 25.8-10; 2 Cr. 36.19; Jer. 52.12-14. 4Me dijo el rey: &#191;Qu&#233; cosa pides? Entonces or&#233; al Dios de los cielos, 5y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, env&#237;ame a Jud&#225;, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificar&#233;. 6Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a &#233;l): &#191;Cu&#225;nto durar&#225; tu viaje, y cu&#225;ndo volver&#225;s? Y agrad&#243; al rey enviarme, despu&#233;s que yo le se&#241;al&#233; tiempo. 7Adem&#225;s dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del r&#237;o, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Jud&#225;; 8y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me d&#233; madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estar&#233;. Y me lo concedi&#243; el rey, seg&#250;n la ben&#233;fica mano de mi Dios sobre m&#237;.</div><div class="p"> 9Vine luego a los gobernadores del otro lado del r&#237;o, y les di las cartas del rey. Y el rey envi&#243; conmigo capitanes del ej&#233;rcito y gente de a caballo. 10Pero oy&#233;ndolo Sanbalat horonita y Tob&#237;as el siervo amonita, les disgust&#243; en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.</div><div class="s">Nehem&#237;as anima al pueblo a reedificar los muros</div><div class="p"> 11Llegu&#233;, pues, a Jerusal&#233;n, y despu&#233;s de estar all&#237; tres d&#237;as, 12me levant&#233; de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declar&#233; a hombre alguno lo que Dios hab&#237;a puesto en mi coraz&#243;n que hiciese en Jerusal&#233;n; ni hab&#237;a cabalgadura conmigo, excepto la &#250;nica en que yo cabalgaba. 13Y sal&#237; de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Drag&#243;n y a la puerta del Muladar; y observ&#233; los muros de Jerusal&#233;n que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. 14Pas&#233; luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no hab&#237;a lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. 15Y sub&#237; de noche por el torrente y observ&#233; el muro, y di la vuelta y entr&#233; por la puerta del Valle, y me volv&#237;. 16Y no sab&#237;an los oficiales a d&#243;nde yo hab&#237;a ido, ni qu&#233; hab&#237;a hecho; ni hasta entonces lo hab&#237;a declarado yo a los jud&#237;os y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los dem&#225;s que hac&#237;an la obra.</div><div class="p"> 17Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusal&#233;n est&#225; desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusal&#233;n, y no estemos m&#225;s en oprobio. 18Entonces les declar&#233; c&#243;mo la mano de mi Dios hab&#237;a sido buena sobre m&#237;, y asimismo las palabras que el rey me hab&#237;a dicho. Y dijeron: Levant&#233;monos y edifiquemos. As&#237; esforzaron sus manos para bien. 19Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tob&#237;as el siervo amonita, y Gesem el &#225;rabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: &#191;Qu&#233; es esto que hac&#233;is vosotros? &#191;Os rebel&#225;is contra el rey? 20Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, &#233;l nos prosperar&#225;, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no ten&#233;is parte ni derecho ni memoria en Jerusal&#233;n.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="NEH.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Reparto del trabajo de reedificaci&#243;n</div><div class="p"> 1Entonces se levant&#243; el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. 2Junto a ella edificaron los varones de Jeric&#243;, y luego edific&#243; Zacur hijo de Imri.</div><div class="p"> 3Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos. 4Junto a ellos restaur&#243; Meremot hijo de Ur&#237;as, hijo de Cos, y al lado de ellos restaur&#243; Mesulam hijo de Berequ&#237;as, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restaur&#243; Sadoc hijo de Baana. 5E inmediato a ellos restauraron los teco&#237;tas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Se&#241;or. 6La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besod&#237;as; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos. 7Junto a ellos restaur&#243; Melat&#237;as gabaonita, y Jad&#243;n meronotita, varones de Gaba&#243;n y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del r&#237;o. 8Junto a ellos restaur&#243; Uziel hijo de Harha&#237;a, de los plateros; junto al cual restaur&#243; tambi&#233;n Hanan&#237;as, hijo de un perfumero. As&#237; dejaron reparada a Jerusal&#233;n hasta el muro ancho. 9Junto a ellos restaur&#243; tambi&#233;n Refa&#237;as hijo de Hur, gobernador de la mitad de la regi&#243;n de Jerusal&#233;n. 10Asimismo restaur&#243; junto a ellos, y frente a su casa, Jeda&#237;as hijo de Harumaf; y junto a &#233;l restaur&#243; Hat&#250;s hijo de Hasabn&#237;as. 11Malqu&#237;as hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat-moab restauraron otro tramo, y la torre de los Hornos. 12Junto a ellos restaur&#243; Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la regi&#243;n de Jerusal&#233;n, &#233;l con sus hijas.</div><div class="p"> 13La puerta del Valle la restaur&#243; Han&#250;n con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos del muro, hasta la puerta del Muladar. 14Reedific&#243; la puerta del Muladar Malqu&#237;as hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; &#233;l la reedific&#243;, y levant&#243; sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos. 15Salum hijo de Colhoze, gobernador de la regi&#243;n de Mizpa, restaur&#243; la puerta de la Fuente; &#233;l la reedific&#243;, la enmader&#243; y levant&#243; sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Silo&#233; hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David. 16Despu&#233;s de &#233;l restaur&#243; Nehem&#237;as hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la regi&#243;n de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes. 17Tras &#233;l restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a &#233;l restaur&#243; Hasab&#237;as, gobernador de la mitad de la regi&#243;n de Keila, por su regi&#243;n. 18Despu&#233;s de &#233;l restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la regi&#243;n de Keila. 19Junto a &#233;l restaur&#243; Ezer hijo de Jes&#250;a, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armer&#237;a de la esquina. 20Despu&#233;s de &#233;l Baruc hijo de Zabai con todo fervor restaur&#243; otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote. 21Tras &#233;l restaur&#243; Meremot hijo de Ur&#237;as hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de Eliasib. 22Despu&#233;s de &#233;l restauraron los sacerdotes, los varones de la llanura. 23Despu&#233;s de ellos restauraron Benjam&#237;n y Hasub, frente a su casa; y despu&#233;s de estos restaur&#243; Azar&#237;as hijo de Maas&#237;as, hijo de Anan&#237;as, cerca de su casa. 24Despu&#233;s de &#233;l restaur&#243; Bin&#250;i hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de Azar&#237;as hasta el &#225;ngulo entrante del muro, y hasta la esquina. 25Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que est&#225; en el patio de la c&#225;rcel. Despu&#233;s de &#233;l, Peda&#237;as hijo de Faros. 26Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresal&#237;a. 27Despu&#233;s de ellos restauraron los teco&#237;tas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.</div><div class="p"> 28Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa. 29Despu&#233;s de ellos restaur&#243; Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y despu&#233;s de &#233;l restaur&#243; Sema&#237;as hijo de Secan&#237;as, guarda de la puerta Oriental. 30Tras &#233;l, Hanan&#237;as hijo de Selem&#237;as y Han&#250;n hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Despu&#233;s de ellos restaur&#243; Mesulam hijo de Berequ&#237;as, enfrente de su c&#225;mara. 31Despu&#233;s de &#233;l restaur&#243; Malqu&#237;as hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. 32Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch120" data-usfm="PSA.120">
 <div class="label">120</div><div class="s">Plegaria ante el peligro de la lengua enga&#241;osa</div><div class="d">C&#225;ntico gradual.</div><div class="q"> 1A Jehov&#225; clam&#233; estando en angustia,</div><div class="q">Y &#233;l me respondi&#243;.</div><div class="q"> 2Libra mi alma, oh Jehov&#225;, del labio mentiroso,</div><div class="q">Y de la lengua fraudulenta.</div><div class="b"></div><div class="q"> 3&#191;Qu&#233; te dar&#225;, o qu&#233; te aprovechar&#225;,</div><div class="q">Oh lengua enga&#241;osa?</div><div class="q"> 4Agudas saetas de valiente,</div><div class="q">Con brasas de enebro.</div><div class="b"></div><div class="q"> 5&#161;Ay de m&#237;, que moro en Mesec,</div><div class="q">Y habito entre las tiendas de Cedar!</div><div class="q"> 6Mucho tiempo ha morado mi alma</div><div class="q">Con los que aborrecen la paz.</div><div class="q"> 7Yo soy pac&#237;fico;</div><div class="q">Mas ellos, as&#237; que hablo, me hacen guerra.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkJAS">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="JAS.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">La amistad con el mundo</div><div class="p"> 1&#191;De d&#243;nde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? &#191;No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2Codici&#225;is, y no ten&#233;is; mat&#225;is y ard&#233;is de envidia, y no pod&#233;is alcanzar; combat&#237;s y luch&#225;is, pero no ten&#233;is lo que dese&#225;is, porque no ped&#237;s. 3Ped&#237;s, y no recib&#237;s, porque ped&#237;s mal, para gastar en vuestros deleites. 4&#161;Oh almas ad&#250;lteras! &#191;No sab&#233;is que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5&#191;O pens&#225;is que la Escritura dice en vano: El Esp&#237;ritu que &#233;l ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6Pero &#233;l da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.#Pr. 3.34. 7Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huir&#225; de vosotros. 8Acercaos a Dios, y &#233;l se acercar&#225; a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble &#225;nimo, purificad vuestros corazones. 9Aflig&#237;os, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10Humillaos delante del Se&#241;or, y &#233;l os exaltar&#225;.</div><div class="s">Juzgando al hermano</div><div class="p"> 11Hermanos, no murmur&#233;is los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si t&#250; juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero t&#250;, &#191;qui&#233;n eres para que juzgues a otro?</div><div class="s">No os glori&#233;is del d&#237;a de ma&#241;ana</div><div class="p"> 13&#161;Vamos ahora! los que dec&#237;s: Hoy y ma&#241;ana iremos a tal ciudad, y estaremos all&#225; un a&#241;o, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sab&#233;is lo que ser&#225; ma&#241;ana.#Pr. 27.1. Porque &#191;qu&#233; es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15En lugar de lo cual deber&#237;ais decir: Si el Se&#241;or quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16Pero ahora os jact&#225;is en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.</div>
 </div>
 </div>
</div>

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bk2PE">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="2PE.2">
 <div class="label">2</div><div class="s">Falsos profetas y falsos maestros</div><div class="r">(Jud. 3-13)</div><div class="p"> 1Pero hubo tambi&#233;n falsos profetas entre el pueblo, como habr&#225; entre vosotros falsos maestros, que introducir&#225;n encubiertamente herej&#237;as destructoras, y aun negar&#225;n al Se&#241;or que los rescat&#243;, atrayendo sobre s&#237; mismos destrucci&#243;n repentina. 2Y muchos seguir&#225;n sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad ser&#225; blasfemado, 3y por avaricia har&#225;n mercader&#237;a de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenaci&#243;n no se tarda, y su perdici&#243;n no se duerme.</div><div class="p"> 4Porque si Dios no perdon&#243; a los &#225;ngeles que pecaron, sino que arroj&#225;ndolos al infierno los entreg&#243; a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5y si no perdon&#243; al mundo antiguo, sino que guard&#243; a No&#233;, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los imp&#237;os;#Gn. 6.1&#8212;7.24. 6y si conden&#243; por destrucci&#243;n a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduci&#233;ndolas a ceniza#Gn. 19.24. y poni&#233;ndolas de ejemplo a los que hab&#237;an de vivir imp&#237;amente, 7y libr&#243; al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados#Gn. 19.1-16. 8(porque este justo, que moraba entre ellos, aflig&#237;a cada d&#237;a su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), 9sabe el Se&#241;or librar de tentaci&#243;n a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el d&#237;a del juicio; 10y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el se&#241;or&#237;o.</div><div class="p">Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11mientras que los &#225;ngeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldici&#243;n contra ellas delante del Se&#241;or. 12Pero estos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucci&#243;n, perecer&#225;n en su propia perdici&#243;n, 13recibiendo el galard&#243;n de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada d&#237;a. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. 14Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el coraz&#243;n habituado a la codicia, y son hijos de maldici&#243;n. 15Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual am&#243; el premio de la maldad, 16y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refren&#243; la locura del profeta.#Nm. 22.4-35.</div><div class="p"> 17Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la m&#225;s densa oscuridad est&#225; reservada para siempre. 18Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente hab&#237;an huido de los que viven en error. 19Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupci&#243;n. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venci&#243;. 20Ciertamente, si habi&#233;ndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Se&#241;or y Salvador Jesucristo, enred&#225;ndose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que despu&#233;s de haberlo conocido, volverse atr&#225;s del santo mandamiento que les fue dado. 22Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su v&#243;mito,#Pr. 26.11. y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.</div>
 </div>
 </div>
</div>

Jesus Disciple “One-Two” Reading PlanMuestra

Escrituras

Acerca de este Plan

Planes relacionados