El Misterio De La NavidadMuestra

Si tú fueras un rey, esperarías que todos tus súbditos te recibieran con trompetas, se inclinaran cuando tú entrases a la habitación y rodaran una alfombra roja para que tú pudieras caminar con majestuosidad hacia tu real trono. Tú podrías tener sirvientes y cocineros, caballos, y carruajes. Tú, sin duda alguna, tendrías un enorme castillo rodeado por un foso con cocodrilos en el agua.

El pueblo de Dios estaba esperando un rey parecido a ese, ¡pero eso no es lo que obtuvieron! En cambio, sin trompetas y sin castillo, llegó un bebé rey acostado en un pesebre donde los animales solían comer. ¿Quién imaginaría a un rey poderoso viniendo como un bebé llorando indefenso?

Este misterio en el pesebre es que el Rey poderoso, Jesús, vino a la tierra para habitar entre nosotros. Jesús, el nombre sobre todos los nombres, consejero maravilloso, Dios fuerte, príncipe de paz, vino a servir, no para ser servido. Un nacimiento humilde que hizo que todo el cielo se regocijara. Ángeles cantaron “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que gozan de Su favor”. ¡Esa es una bienvenida digna de un rey!

El misterio de la Navidad es Jesús, Dios revelado. Estas son buenas noticias que nos llevan a adorarlo.