Si Eres Hijo... Eres SoldadoMuestra

Somos Soldados Combatientes

Constantemente nos dicen erróneamente que los hijos de Dios vamos a enfrentar batallas, cuando en realidad los hijos de Dios siempre estamos en batalla. Vivimos en terreno enemigo, satanás es el quien ejerce control sobre la oscuridad que se ejerce en este mundo; sin embargo, como hijos de Dios hemos sido revestidos del poder del Espíritu Santo y es en ese poder que podemos sobrevivir a los embates espirituales y naturales que intentan derribarnos y muchas veces hacernos desfallecer. 

Somos soldados del Ejército del Señor; soldados combatientes, hemos sido revestidos con una identidad divina, la de Cristo Jesús. Él es el que lidera el Ejército al cual pertenecemos y es Él quien nos dota de poder para poder vencer a nuestro contrario.

Somos soldados combatientes, debemos tomar parte en destruir a las fuerzas del enemigo y enfrentar sus ataques a través de la sabiduría y el poder que es avivado en nosotros en la medida que somos disciplinados y comprometidos con el entrenamiento. Un entrenamiento que exige como principal requisito mantenernos en comunión con nuestro Padre y con Jesús nuestro Salvador a través de su Santo Espíritu; cómo, a través de la Palabra, la oración y la obediencia.

Debemos mantenernos alertas, listos y preparados para el momento en que debemos sacar nuestras armas y de esta forma vencer los ataques del enemigo; y no sólo los ataques del enemigo, sino los ataques del mundo y de nosotros mismos, de nuestra propia carne que constantemente se quiere levantar y quiere dominarnos.

Habrán batallas fáciles de ganar en la medida en que estemos bien preparados; pero habrán otras, en las que nos vamos a sentir cansados y débiles; y mientras más débiles, presas fáciles del enemigo. En esos momentos es en los hay que correr hacia nuestro Señor Jesucristo, en busca de socorro, para que nos dote de la sanidad y la fuerza que necesitemos para poder seguir peleando, porque somos sus soldados y sus soldados jamás se rinden.