El Hombre Que Dios EnvióMuestra

Enviado por Dios para bautizar al Hijo de Dios

Juan el Bautista estaba predicando el arrepentimiento, decía a la gente que cambiara de manera de pensar. Había estallado un gran avivamiento. Si estuviera aquí hoy, estaría en el centro de Los Ángeles, justo donde se encuentran todas las autopistas. Donde bautizaba a la gente en el desierto de Israel, era un camino importante donde la gente venía de toda Asia, Europa y África. No estaba esperando a una sola persona en un burro, estaba en una carretera importante, acosando a la gente. Él estaba preparando a la gente para Jesús.

Los fariseos miraban a Juan como si fuera un hombre de las cavernas. Ellos eran los chicos de la ciudad que venían con traje y corbata. Le preguntaron: «¿Qué derecho tienes de hacer esto? ¿Qué título universitario obtuviste? ¿A qué seminario fuiste?». Te digo qué derecho tenía: En Juan 1:6 dice que Juan el Bautista fue enviado por Dios. Si estás haciendo la voluntad de Dios, ¿a quién le importa lo que digan los demás? Si Dios ha puesto un llamado en tu vida, obedece a Dios. Anda. No te preocupes. Dios te levantará.

Juan le dijo a la gente que los estaba bautizando con agua, pero prometió que el Mesías vendría a bautizar con fuego y poder. En Hechos 1:8, Jesús prometió poder para sus discípulos, el poder dinamita del Espíritu Santo.

Juan dijo que no era digno de desatar ni siquiera una correa de las sandalias del Mesías, pero Dios le permitió bautizar al Mesías mismo. Juan bautizó a Jesús. Vio los cielos abrirse y el Espíritu Santo descender sobre él como una paloma. La voz de Dios Padre resonó desde el cielo. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo estaban presentes donde Juan estaba.

Si Dios te envía a hacer su voluntad, como él envió a Juan, él te hablará y lo confirmará. Juan había oído al Padre que Aquel que bautizaría a las personas con el Espíritu Santo, el Mesías, haría que el Espíritu descendiera sobre él como una paloma. Eso es exactamente lo que Juan vio. Dios recompensó el servicio fiel de Juan. Dios cumplió su palabra y Juan pudo testificar que Jesús era el Elegido de Dios.

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