El Regalo Más GrandeMuestra

Semana 3 - Día 3 

Esperanza en Cristo

Lectura: Romanos 15:7–13

DEVOCIONAL: Romanos 15:13

“Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que reboséis de esperanza por el poder del Espíritu Santo.”

Nuestro Dios, el gran Dador, nos ha dado un regalo asombroso en Su Hijo, Jesús. A diferencia de los regalos que recibimos de amigos o familiares, este es un regalo que continúa dando, porque cuando aceptamos el regalo de Dios de la salvación a través de Jesús, ¡seguimos recibiendo buenos regalos!

Los regalos siempre requieren algún tipo de sacrificio, y en la carta de Pablo a los creyentes en Roma, les recordó que Jesús nos ha dado el ejemplo perfecto a seguir. Jesús dejó a un lado todo lo que fácilmente podría haber reclamado — todos sus derechos y privilegios por ser Hijo de Dios — y en cambio sacrificó Su vida para que pudiéramos recibir el regalo de la salvación. En lugar de encontrar motivos de divisiòn, Pablo animó a los creyentes (incluyéndonos a nosotras) a seguir el ejemplo de Jesús, amando bien a los demás, trabajando juntos y abrazando el regalo de la esperanza y el poder que recibimos del Espíritu Santo.

Dios no envió a Su Hijo a nacer como un ser humano y morir por nuestros pecados para luego dejar que nosotras resolvamos el resto por nuestra cuenta. Dios es bueno, esa es Su naturaleza, y la esperanza que Él desea para nosotras proviene de la abundancia que recibimos de Él, a través del Espíritu Santo. Esta es una esperanza que no se desvanece. Es una esperanza que brilla intensamente cuando todo lo que nos rodea se ve oscuro.

Cuando ponemos nuestra esperanza en Cristo y confiamos en la ayuda y el poder del Espíritu Santo, nada puede quitarla. El Jesús que celebramos en Navidad fue una promesa que Dios cumplió para Su pueblo: una promesa de salvación y libertad del pecado y todo lo que nos impide vivir una vida plena y abundante para Su gloria. ¡Ese es un regalo que continúa dando! 

Oración

Padre Dios, gracias por enviar a Tu único Hijo a nacer aquí para que yo tuviera un camino de regreso a Ti. Esta Navidad, ayúdame a recordar que debo mantener mi corazón enfocado en Ti, el fundamento sólido de mi esperanza. Amén.