4 Características De Los RedimidosMuestra

¡Confío en ti! Confiamos en Dios (Confianza)

¿Te has puesto a pensar en qué porcentaje nuestra vida cristiana está basada en la confianza a Dios? A lo largo de los meses y años que podemos llevar en nuestro cristianismo, hemos aprendido acerca de la confianza en Dios, prácticamente cada mensaje, cada predicación o devocional tiene como "ingrediente" el confiar en nuestro Señor; se nos ha dicho que debemos estar siempre confiados en Él, en Su enseñanza, en Sus propósitos, en Sus planes y en Su voluntad; todo esto es parte de nuestra vida de fe, y ¡es correcto y Dios ve con buenos ojos que hagamos eso!. Nuestra fe tiene que estar fundada en Cristo, en la Roca sólida. Quienes tienen el privilegio de pastorear, de aconsejar, de enseñar la Palabra de Dios, tienen como compromiso el fortalecimiento de fe de la iglesia del Señor, generar en ellos esa confianza perfecta que demanda Dios, que exhibe realmente el tamaño de nuestra fe.

Siempre ha sido más fácil cuando en la "cosecha" CONFIAMOS en que Dios no nos abandona; siempre es alentador cuando en tiempo de "prueba" CONFIAMOS en que Dios nos fortalece; siempre es esperanzador cuando en tiempo de "cruzar un desierto" CONFIAMOS en que Dios nos instruye y prepara para un siguiente nivel, es decir, en cada suceso de nuestra vida cristiana CONFIAMOS en que Dios sabe lo que hace, no dudamos que así sea. CONFIAMOS en Sus promesas y al escucharlas, meditarlas, escudriñarlas y apropiárnoslas, fortalecemos ese lazo inquebrantable de CONFIANZA que se denomina ¡FE!

Y así, de la misma manera que los hombres que veían los milagros de Jesús, nuestra fe y confianza en Él se hace evidente, creemos en Él y no hay nada que nos haga cambiar de parecer. Pero, ¿es solo así?. Quizá la gran mayoría cree que la confianza en Dios solo se da de manera unilateral, quizá no nos hemos detenido a pensar que debe ser bilateral; DIOS DEBE PODER CONFIAR EN NOSOTROS TAMBIÉN (Jn. 2:23-25); hay tantos planes y proyectos en el propósito de Dios para nuestras vidas, que se requieren de ciertas condicionantes para que estos se realicen; Dios debe poder estar confiado en que estás "listo" para recibir las bendiciones de Su Reino; Dios debe poder estar confiado en que tú como Su hijo puedes cargar con el compromiso y la encomienda que genera Su amor y propósitos por nosotros.

Dios sabe perfectamente en quién puede confiar y en quién no. No basta solamente con decir: "yo confío en Ti Señor" para que Dios pueda confiar en ti o en mí. No basta que podamos escribirlo, decirlo o incluso orarlo de manera suplicante, ¡NO! y no es porque no deba de ser así, sino porque simplemente no hace falta. Dios conoce exactamente nuestro nivel de fe y acercamiento a Él, Dios sabe perfectamente si nuestra madurez espiritual es solo "llamarada de petate" o es una entrega incondicional a Sus planes y propósitos. La voluntad y sueños de nuestro Dios son tan inmensos e impresionantes que Él debe poder confiar en nosotros para poder bendecirnos y llevarlos a cabo. Así que, es tiempo de cambiar la perspectiva de la CONFIANZA EN DIOS, no me mal interpretes, esa confianza debe existir por siempre y generar en nosotros un verdadero estado de poder, de autoridad y de fe para evidenciarse con lo frutos; pero, te repito, es tiempo de que las cosas cambien, es tiempo de leer y vivir una frase distinta a la de "Dios, yo confío en ti" y dar paso a la frase que podría sumergirnos en un plano verdaderamente espiritual y lleno de Su presencia, una frase que deberíamos poder escuchar cada día de parte de nuestro Dios: 

HIJO, YO ¡CONFÍO EN TI!

HIJO, YO, ¡ME FÍO DE TI!