Siendo Uno en Amor Muestra

El perdón del amor

Recuerdo que cuando era pequeña mis padres se divorciaron y muchas veces me tocó estar con mi mamá, y otras veces lo pasaba con mi papá, mis tías y mi mamá Anita (abuelita). Ellos me formaron y me enseñaron la verdad de mi Fe. 

Mi mamá Anita siempre me instó a crecer en la Fe. Cuando la veía orar de rodillas por todos y por otras personas me impactaba. Su amor a Dios era evidente en todo lo que hacía, amaba ayudar a otras personas. Ella me llevaba a la casa de las hermanas a orar a compartir la Palabra, cuando ella adoraba entregaba su vida y en todo lo que hacía, ella nos enseñó que donde comen 2 comen 3 o 4, siempre había personas que llegaban a la hora de la comida y ella siempre tenía un plato de comida para dar. 

Cuando yo tenía 8 años ella enfermó. Al principio no sabíamos que tenía. Pero con el paso del tiempo nos enteramos que el diagnostico médico era cáncer. El cáncer ya había tomado todo su cuerpo. Todos nos comprometimos a ayudar para que ella mejorara. Oraba día y noche, como ella me enseñó esperando un milagro. Recuerdo las veces que la acompañaba al baño y ella tenía problemas a hacer sus necesidades y yo me le ponía a cantar así como ella lo hacía conmigo. Y le decía "ahora yo te cuido a ti". 

Fue una experiencia que me marcó tanto que recién ahora puedo compartirlo. Recuerdo que yo le daba sus medicinas, era puntual, no se me pasaba nada, aprendí a ser responsable por amor. No sabía que era esa palabra solo sabía que tenía que darle su medicina en el tiempo correcto. 

Un día el cansancio me pudo y me quedé dormida y mi mamita por tomar su medicina se calló. Mi mamita falleció un 10 de diciembre a mis 10 años, la culpa me invadió. El verla dormir por la eternidad esa noche en mis brazos fue muy fuerte para mí. Le reclamé a Dios, dudé de mi Fe porque la culpa no me dejaba, pasé años culpándome de su muerte.

Un día Dios habló a mi corazón y supo decirme el porqué no había respondido a mi oración. Y con su amor, me perdonó y pude sentir su amor en mí a través de su Perdón. Y ese amor de Él me llevo a perdonarme a mí misma.

No fue sencillo, no fue fácil. Pero entendí que Él era todo lo que necesitaba y cuando mi corazón fue sanado, restaurado y limpiado entonces Él me respondió mi pregunta por más de 12 años que tenía y pude sentir su bálsamo de amor inundando mi ser, sanando, llenándome y su amor me inundó. 

Hoy te digo no hay culpa que su amor no pueda quitar, no hay dolor que su amor no pueda sanar. 

Deja que su amor hoy restaure tu corazón, alma y cuerpo. 

Déjate abrazar por su amor, que su Perdón te abrace así como te abraza su amor.

Su Perdón es producto de su amor, déjate conquistar por Él, déjate amar, déjate consolar, déjate sanar. 

Si mi padre y mi madre me abandonaran, tú me recibirías y me consolarías.

Salmo 27:10 NBV