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Fe, Más Que PerfecciónMuestra

Fe, Más Que Perfección

DÍA 25 DE 30




Semana 5 - Día 5 


Lectura: Génesis 25:27-34; 1 Juan 2:15-17


DEVOCIONAL: 1 Juan 2:15-17


“No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”




En el intercambio entre Jacob y Esaú sobre la primogenitura, no encontramos una resolución duradera entre los hermanos y ninguna aprobación divina para ninguna de sus acciones. Sin embargo, la inclusión de la historia establece varias líneas argumentales importantes: el contraste entre Jacob y Esaú, el conflicto entre los hermanos y los comienzos del cumplimiento de la promesa de Dios de que el mayor sirva al menor. 


Esaú es descrito como una persona profana que despreciaba las cosas de Dios y buscaba una vida de libertad mundana. Jacob deseaba tan desesperadamente las cosas de Dios que recurre a cualquier medio para adquirirlas.  Esaú era salvaje mientras que Jacob era tranquilo. Esaú era material, Jacob era más espiritual.  Esaú fue amado por Isaac y Jacob por Rebeca. Mientras Jacob buscaba adquirir las bendiciones de Dios, Esaú buscaba satisfacer sus deseos carnales.  Ambos eran hábiles cazadores, Esaú con la caza y Jacob con la astucia. 


Ni las acciones de Jacob ni las de Esaú en esta historia fueron ejemplares. Esaú permitió que sus deseos carnales y de satisfacer su hambre física, tomara la máxima importancia, incluso sobre las cosas sagradas de Dios. Vivió para satisfacer su carne y actuó por impulso, lo que le hizo despreciar su derecho de nacimiento. Aunque está claro que Jacob manipuló y controló a su hermano para obtener lo que quería, el texto no hace juicios morales sobre las acciones de Jacob como lo hace con las de Esaú. Dios utilizó este evento para llevar a cabo sus propósitos de elevar a Jacob a la supremacía sobre su hermano, como lo había prometido.


Como seguidoras de Cristo, estamos llamadas a vivir de manera diferente al mundo. No podemos vivir como lo hizo Esaú, buscando satisfacer nuestros deseos de la carne. En cambio, podemos buscar las cosas de Dios. Sin embargo, al honrar las cosas espirituales, como lo hizo Jacob, no estamos exentos del pecado. Aún debemos actuar de manera que traiga honor y gloria a Dios, sin importar nuestro costo personal.  El mundo pasa, pero cuando hacemos la voluntad de Dios, encontramos la vida eterna. 





Oración


Señor mi Dios, ya no quiero desear las cosas del mundo. Muéstrame las cosas de mi vida que pertenecen al mundo. Ayúdame a eliminar las cosas de mi vida que están atadas al mundo para que pueda honrarte plenamente y vivir una vida sirviendo solo para Ti. Amén. 




Día 24Día 26

Acerca de este Plan

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