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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch29" data-usfm="2CH.29">
 <div class="label">29</div><div class="s">Reinado de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 R. 18.1-3)</div><div class="p"> 1Comenz&#243; a reinar Ezequ&#237;as siendo de veinticinco a&#241;os, y rein&#243; veintinueve a&#241;os en Jerusal&#233;n. El nombre de su madre fue Ab&#237;as, hija de Zacar&#237;as. 2E hizo lo recto ante los ojos de Jehov&#225;, conforme a todas las cosas que hab&#237;a hecho David su padre.</div><div class="s">Ezequ&#237;as restablece el culto del templo</div><div class="p"> 3En el primer a&#241;o de su reinado, en el mes primero, abri&#243; las puertas de la casa de Jehov&#225;, y las repar&#243;. 4E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los reuni&#243; en la plaza oriental. 5Y les dijo: &#161;O&#237;dme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehov&#225; el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia. 6Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehov&#225; nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabern&#225;culo de Jehov&#225;, y le volvieron las espaldas. 7Y aun cerraron las puertas del p&#243;rtico, y apagaron las l&#225;mparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel. 8Por tanto, la ira de Jehov&#225; ha venido sobre Jud&#225; y Jerusal&#233;n, y los ha entregado a turbaci&#243;n, a execraci&#243;n y a escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos. 9Y he aqu&#237; nuestros padres han ca&#237;do a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto. 10Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehov&#225; el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. 11Hijos m&#237;os, no os enga&#241;&#233;is ahora, porque Jehov&#225; os ha escogido a vosotros para que est&#233;is delante de &#233;l y le sirv&#225;is, y se&#225;is sus ministros, y le quem&#233;is incienso.</div><div class="p"> 12Entonces se levantaron los levitas Mahat hijo de Amasai y Joel hijo de Azar&#237;as, de los hijos de Coat; de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi y Azar&#237;as hijo de Jehalelel; de los hijos de Gers&#243;n, Joa hijo de Zima y Ed&#233;n hijo de Joa; 13de los hijos de Elizaf&#225;n, Simri y Jeiel; de los hijos de Asaf, Zacar&#237;as y Matan&#237;as; 14de los hijos de Hem&#225;n, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedut&#250;n, Sema&#237;as y Uziel. 15Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehov&#225;, para limpiar la casa de Jehov&#225;. 16Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehov&#225; para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehov&#225;, al atrio de la casa de Jehov&#225;; y de all&#237; los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedr&#243;n. 17Comenzaron a santificarse el d&#237;a primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al p&#243;rtico de Jehov&#225;; y santificaron la casa de Jehov&#225; en ocho d&#237;as, y en el d&#237;a diecis&#233;is del mes primero terminaron. 18Entonces vinieron al rey Ezequ&#237;as y le dijeron: Ya hemos limpiado toda la casa de Jehov&#225;, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposici&#243;n con todos sus utensilios. 19Asimismo hemos preparado y santificado todos los utensilios que en su infidelidad hab&#237;a desechado el rey Acaz, cuando reinaba; y he aqu&#237; est&#225;n delante del altar de Jehov&#225;.</div><div class="p"> 20Y levant&#225;ndose de ma&#241;ana, el rey Ezequ&#237;as reuni&#243; los principales de la ciudad, y subi&#243; a la casa de Jehov&#225;. 21Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabr&#237;os para expiaci&#243;n por el reino, por el santuario y por Jud&#225;. Y dijo a los sacerdotes hijos de Aar&#243;n que los ofreciesen sobre el altar de Jehov&#225;. 22Mataron, pues, los novillos, y los sacerdotes recibieron la sangre, y la esparcieron sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar. 23Despu&#233;s hicieron acercar delante del rey y de la multitud los machos cabr&#237;os para la expiaci&#243;n, y pusieron sobre ellos sus manos; 24y los sacerdotes los mataron, e hicieron ofrenda de expiaci&#243;n con la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar a todo Israel; porque por todo Israel mand&#243; el rey hacer el holocausto y la expiaci&#243;n.</div><div class="p"> 25Puso tambi&#233;n levitas en la casa de Jehov&#225; con c&#237;mbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Nat&#225;n, porque aquel mandamiento proced&#237;a de Jehov&#225; por medio de sus profetas. 26Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas. 27Entonces mand&#243; Ezequ&#237;as sacrificar el holocausto en el altar; y cuando comenz&#243; el holocausto, comenz&#243; tambi&#233;n el c&#225;ntico de Jehov&#225;, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel. 28Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo esto dur&#243; hasta consumirse el holocausto. 29Y cuando acabaron de ofrecer, se inclin&#243; el rey, y todos los que con &#233;l estaban, y adoraron. 30Entonces el rey Ezequ&#237;as y los pr&#237;ncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehov&#225; con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegr&#237;a, y se inclinaron y adoraron.</div><div class="p"> 31Y respondiendo Ezequ&#237;as, dijo: Vosotros os hab&#233;is consagrado ahora a Jehov&#225;; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehov&#225;. Y la multitud present&#243; sacrificios y alabanzas; y todos los generosos de coraz&#243;n trajeron holocaustos. 32Y fue el n&#250;mero de los holocaustos que trajo la congregaci&#243;n, setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos, todo para el holocausto de Jehov&#225;. 33Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34Mas los sacerdotes eran pocos, y no bastaban para desollar los holocaustos; y as&#237; sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los dem&#225;s sacerdotes se santificaron; porque los levitas fueron m&#225;s rectos de coraz&#243;n para santificarse que los sacerdotes. 35As&#237;, pues, hubo abundancia de holocaustos, con grosura de las ofrendas de paz, y libaciones para cada holocausto. Y qued&#243; restablecido el servicio de la casa de Jehov&#225;. 36Y se alegr&#243; Ezequ&#237;as con todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue hecha r&#225;pidamente.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch30" data-usfm="2CH.30">
 <div class="label">30</div><div class="s">Ezequ&#237;as celebra la pascua</div><div class="p"> 1Envi&#243; despu&#233;s Ezequ&#237;as por todo Israel y Jud&#225;, y escribi&#243; cartas a Efra&#237;n y a Manas&#233;s, para que viniesen a Jerusal&#233;n a la casa de Jehov&#225; para celebrar la pascua a Jehov&#225; Dios de Israel. 2Y el rey hab&#237;a tomado consejo con sus pr&#237;ncipes, y con toda la congregaci&#243;n en Jerusal&#233;n, para celebrar la pascua en el mes segundo; 3porque entonces no la pod&#237;an celebrar, por cuanto no hab&#237;a suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se hab&#237;a reunido en Jerusal&#233;n.#Nm. 9.9-11. 4Esto agrad&#243; al rey y a toda la multitud. 5Y determinaron hacer pasar preg&#243;n por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehov&#225; Dios de Israel, en Jerusal&#233;n; porque en mucho tiempo no la hab&#237;an celebrado al modo que est&#225; escrito. 6Fueron, pues, correos con cartas de mano del rey y de sus pr&#237;ncipes por todo Israel y Jud&#225;, como el rey lo hab&#237;a mandado, y dec&#237;an: Hijos de Israel, volveos a Jehov&#225; el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y &#233;l se volver&#225; al remanente que ha quedado de la mano de los reyes de Asiria. 7No se&#225;is como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehov&#225; el Dios de sus padres, y &#233;l los entreg&#243; a desolaci&#243;n, como vosotros veis. 8No endurezc&#225;is, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehov&#225;, y venid a su santuario, el cual &#233;l ha santificado para siempre; y servid a Jehov&#225; vuestro Dios, y el ardor de su ira se apartar&#225; de vosotros. 9Porque si os volviereis a Jehov&#225;, vuestros hermanos y vuestros hijos hallar&#225;n misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volver&#225;n a esta tierra; porque Jehov&#225; vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartar&#225; de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a &#233;l.</div><div class="p"> 10Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efra&#237;n y Manas&#233;s, hasta Zabul&#243;n; mas se re&#237;an y burlaban de ellos. 11Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manas&#233;s y de Zabul&#243;n se humillaron, y vinieron a Jerusal&#233;n. 12En Jud&#225; tambi&#233;n estuvo la mano de Dios para darles un solo coraz&#243;n para cumplir el mensaje del rey y de los pr&#237;ncipes, conforme a la palabra de Jehov&#225;.</div><div class="p"> 13Y se reuni&#243; en Jerusal&#233;n mucha gente para celebrar la fiesta solemne de los panes sin levadura en el mes segundo, una vasta reuni&#243;n. 14Y levant&#225;ndose, quitaron los altares que hab&#237;a en Jerusal&#233;n; quitaron tambi&#233;n todos los altares de incienso, y los echaron al torrente de Cedr&#243;n. 15Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce d&#237;as del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas llenos de verg&#252;enza se santificaron, y trajeron los holocaustos a la casa de Jehov&#225;. 16Y tomaron su lugar en los turnos de costumbre, conforme a la ley de Mois&#233;s var&#243;n de Dios; y los sacerdotes esparc&#237;an la sangre que recib&#237;an de manos de los levitas. 17Porque hab&#237;a muchos en la congregaci&#243;n que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se hab&#237;an purificado, para santificarlos a Jehov&#225;. 18Porque una gran multitud del pueblo de Efra&#237;n y Manas&#233;s, y de Isacar y Zabul&#243;n, no se hab&#237;an purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que est&#225; escrito. Mas Ezequ&#237;as or&#243; por ellos, diciendo: Jehov&#225;, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su coraz&#243;n para buscar a Dios, 19a Jehov&#225; el Dios de sus padres, aunque no est&#233; purificado seg&#250;n los ritos de purificaci&#243;n del santuario. 20Y oy&#243; Jehov&#225; a Ezequ&#237;as, y san&#243; al pueblo. 21As&#237; los hijos de Israel que estaban en Jerusal&#233;n celebraron la fiesta solemne de los panes sin levadura por siete d&#237;as con grande gozo; y glorificaban a Jehov&#225; todos los d&#237;as los levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos resonantes a Jehov&#225;. 22Y habl&#243; Ezequ&#237;as al coraz&#243;n de todos los levitas que ten&#237;an buena inteligencia en el servicio de Jehov&#225;. Y comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete d&#237;as, ofreciendo sacrificios de paz, y dando gracias a Jehov&#225; el Dios de sus padres.</div><div class="p"> 23Y toda aquella asamblea determin&#243; que celebrasen la fiesta por otros siete d&#237;as; y la celebraron otros siete d&#237;as con alegr&#237;a. 24Porque Ezequ&#237;as rey de Jud&#225; hab&#237;a dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y tambi&#233;n los pr&#237;ncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes ya se hab&#237;an santificado. 25Se alegr&#243;, pues, toda la congregaci&#243;n de Jud&#225;, como tambi&#233;n los sacerdotes y levitas, y toda la multitud que hab&#237;a venido de Israel; asimismo los forasteros que hab&#237;an venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Jud&#225;. 26Hubo entonces gran regocijo en Jerusal&#233;n; porque desde los d&#237;as de Salom&#243;n hijo de David rey de Israel, no hab&#237;a habido cosa semejante en Jerusal&#233;n. 27Despu&#233;s los sacerdotes y levitas, puestos en pie, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue o&#237;da, y su oraci&#243;n lleg&#243; a la habitaci&#243;n de su santuario, al cielo.</div>
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 <div class="chapter ch31" data-usfm="2CH.31">
 <div class="label">31</div><div class="p"> 1Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que hab&#237;an estado all&#237; salieron por las ciudades de Jud&#225;, y quebraron las estatuas y destruyeron las im&#225;genes de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Jud&#225; y Benjam&#237;n, y tambi&#233;n en Efra&#237;n y Manas&#233;s, hasta acabarlo todo. Despu&#233;s se volvieron todos los hijos de Israel a sus ciudades, cada uno a su posesi&#243;n.</div><div class="s">Ezequ&#237;as reorganiza el servicio de los sacerdotes y levitas</div><div class="p"> 2Y arregl&#243; Ezequ&#237;as la distribuci&#243;n de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus turnos, cada uno seg&#250;n su oficio; los sacerdotes y los levitas para ofrecer el holocausto y las ofrendas de paz, para que ministrasen, para que diesen gracias y alabasen dentro de las puertas de los atrios de Jehov&#225;. 3El rey contribuy&#243; de su propia hacienda para los holocaustos a ma&#241;ana y tarde, y para los holocaustos de los d&#237;as de reposo,#31.3 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. nuevas lunas y fiestas solemnes, como est&#225; escrito en la ley de Jehov&#225;.#Nm. 28.1&#8212;29.39. 4Mand&#243; tambi&#233;n al pueblo que habitaba en Jerusal&#233;n, que diese la porci&#243;n correspondiente a los sacerdotes y levitas, para que ellos se dedicasen a la ley de Jehov&#225;. 5Y cuando este edicto fue divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los frutos de la tierra; trajeron asimismo en abundancia los diezmos de todas las cosas.#Nm. 18.12-13,21. 6Tambi&#233;n los hijos de Israel y de Jud&#225;, que habitaban en las ciudades de Jud&#225;, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas; y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que hab&#237;an prometido a Jehov&#225; su Dios, y los depositaron en montones. 7En el mes tercero comenzaron a formar aquellos montones, y terminaron en el mes s&#233;ptimo. 8Cuando Ezequ&#237;as y los pr&#237;ncipes vinieron y vieron los montones, bendijeron a Jehov&#225;, y a su pueblo Israel. 9Y pregunt&#243; Ezequ&#237;as a los sacerdotes y a los levitas acerca de esos montones. 10Y el sumo sacerdote Azar&#237;as, de la casa de Sadoc, le contest&#243;: Desde que comenzaron a traer las ofrendas a la casa de Jehov&#225;, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque Jehov&#225; ha bendecido a su pueblo; y ha quedado esta abundancia de provisiones.</div><div class="p"> 11Entonces mand&#243; Ezequ&#237;as que preparasen c&#225;maras en la casa de Jehov&#225;; y las prepararon. 12Y en ellas depositaron las primicias y los diezmos y las cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de ello al levita Conan&#237;as, el principal, y Simei su hermano fue el segundo. 13Y Jehiel, Azaz&#237;as, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaqu&#237;as, Mahat y Bena&#237;a, fueron los mayordomos al servicio de Conan&#237;as y de Simei su hermano, por mandamiento del rey Ezequ&#237;as y de Azar&#237;as, pr&#237;ncipe de la casa de Dios. 14Y el levita Cor&#233; hijo de Imna, guarda de la puerta oriental, ten&#237;a cargo de las ofrendas voluntarias para Dios, y de la distribuci&#243;n de las ofrendas dedicadas a Jehov&#225;, y de las cosas sant&#237;simas. 15Y a su servicio estaban Ed&#233;n, Miniam&#237;n, Jes&#250;a, Sema&#237;as, Amar&#237;as y Secan&#237;as, en las ciudades de los sacerdotes, para dar con fidelidad a sus hermanos sus porciones conforme a sus grupos, as&#237; al mayor como al menor; 16a los varones anotados por sus linajes, de tres a&#241;os arriba, a todos los que entraban en la casa de Jehov&#225; para desempe&#241;ar su ministerio seg&#250;n sus oficios y grupos. 17Tambi&#233;n a los que eran contados entre los sacerdotes seg&#250;n sus casas paternas; y a los levitas de edad de veinte a&#241;os arriba, conforme a sus oficios y grupos. 18Eran inscritos con todos sus ni&#241;os, sus mujeres, sus hijos e hijas, toda la multitud; porque con fidelidad se consagraban a las cosas santas. 19Del mismo modo para los hijos de Aar&#243;n, sacerdotes, que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades, los varones nombrados ten&#237;an cargo de dar sus porciones a todos los varones de entre los sacerdotes, y a todo el linaje de los levitas.</div><div class="p"> 20De esta manera hizo Ezequ&#237;as en todo Jud&#225;; y ejecut&#243; lo bueno, recto y verdadero delante de Jehov&#225; su Dios. 21En todo cuanto emprendi&#243; en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, busc&#243; a su Dios, lo hizo de todo coraz&#243;n, y fue prosperado.</div>
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 <div class="chapter ch18" data-usfm="JHN.18.1+JHN.18.2+JHN.18.3+JHN.18.4+JHN.18.5+JHN.18.6+JHN.18.7+JHN.18.8+JHN.18.9+JHN.18.10+JHN.18.11+JHN.18.12+JHN.18.13+JHN.18.14+JHN.18.15+JHN.18.16+JHN.18.17+JHN.18.18+JHN.18.19+JHN.18.20+JHN.18.21+JHN.18.22+JHN.18.23">
 <div class="p">1Habiendo dicho Jes&#250;s estas cosas, sali&#243; con sus disc&#237;pulos al otro lado del torrente de Cedr&#243;n, donde hab&#237;a un huerto, en el cual entr&#243; con sus disc&#237;pulos. 2Y tambi&#233;n Judas, el que le entregaba, conoc&#237;a aquel lugar, porque muchas veces Jes&#250;s se hab&#237;a reunido all&#237; con sus disc&#237;pulos. 3Judas, pues, tomando una compa&#241;&#237;a de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue all&#237; con linternas y antorchas, y con armas. 4Pero Jes&#250;s, sabiendo todas las cosas que le hab&#237;an de sobrevenir, se adelant&#243; y les dijo: &#191;A qui&#233;n busc&#225;is? 5Le respondieron: A Jes&#250;s nazareno. Jes&#250;s les dijo: Yo soy. Y estaba tambi&#233;n con ellos Judas, el que le entregaba. 6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. 7Volvi&#243;, pues, a preguntarles: &#191;A qui&#233;n busc&#225;is? Y ellos dijeron: A Jes&#250;s nazareno. 8Respondi&#243; Jes&#250;s: Os he dicho que yo soy; pues si me busc&#225;is a m&#237;, dejad ir a estos; 9para que se cumpliese aquello que hab&#237;a dicho: De los que me diste, no perd&#237; ninguno. 10Entonces Sim&#243;n Pedro, que ten&#237;a una espada, la desenvain&#243;, e hiri&#243; al siervo del sumo sacerdote, y le cort&#243; la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11Jes&#250;s entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa#Mt. 26.39; Mr. 14.36; Lc. 22.42. que el Padre me ha dado, &#191;no la he de beber?</div><div class="s">Jes&#250;s ante el sumo sacerdote</div><div class="r">(Mt. 26.57-58; Mr. 14.53-54; Lc. 22.54)</div><div class="p"> 12Entonces la compa&#241;&#237;a de soldados, el tribuno y los alguaciles de los jud&#237;os, prendieron a Jes&#250;s y le ataron, 13y le llevaron primeramente a An&#225;s; porque era suegro de Caif&#225;s, que era sumo sacerdote aquel a&#241;o. 14Era Caif&#225;s el que hab&#237;a dado el consejo a los jud&#237;os, de que conven&#237;a que un solo hombre muriese por el pueblo.#Jn. 11.49-50.</div><div class="s">Pedro en el patio de An&#225;s</div><div class="r">(Mt. 26.69-70; Mr. 14.66-68; Lc. 22.55-57)</div><div class="p"> 15Y segu&#237;an a Jes&#250;s Sim&#243;n Pedro y otro disc&#237;pulo. Y este disc&#237;pulo era conocido del sumo sacerdote, y entr&#243; con Jes&#250;s al patio del sumo sacerdote; 16mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Sali&#243;, pues, el disc&#237;pulo que era conocido del sumo sacerdote, y habl&#243; a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17Entonces la criada portera dijo a Pedro: &#191;No eres t&#250; tambi&#233;n de los disc&#237;pulos de este hombre? Dijo &#233;l: No lo soy. 18Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que hab&#237;an encendido un fuego; porque hac&#237;a fr&#237;o, y se calentaban; y tambi&#233;n con ellos estaba Pedro en pie, calent&#225;ndose.</div><div class="s">An&#225;s interroga a Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)</div><div class="p"> 19Y el sumo sacerdote pregunt&#243; a Jes&#250;s acerca de sus disc&#237;pulos y de su doctrina. 20Jes&#250;s le respondi&#243;: Yo p&#250;blicamente he hablado al mundo; siempre he ense&#241;ado en la sinagoga y en el templo, donde se re&#250;nen todos los jud&#237;os, y nada he hablado en oculto. 21&#191;Por qu&#233; me preguntas a m&#237;? Pregunta a los que han o&#237;do, qu&#233; les haya yo hablado; he aqu&#237;, ellos saben lo que yo he dicho. 22Cuando Jes&#250;s hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba all&#237;, le dio una bofetada, diciendo: &#191;As&#237; respondes al sumo sacerdote? 23Jes&#250;s le respondi&#243;: Si he hablado mal, testifica en qu&#233; est&#225; el mal; y si bien, &#191;por qu&#233; me golpeas? </div>
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