Lo Curioso De La Mesa Y El CaminoMuestra

NO TE LO QUEDES SOLO PARA TI

Pregunta seria: ¿dulce o salado? Yo amo los postres. Me ha pasado que cuando pruebo un postre que me encanta, realmente quisiera quedármelo solo para mí. Y ahí veo mi humanidad y egoísmo y soy confrontada con la realidad de que ¡necesito compartir! Y cada vez que comparto, me doy cuenta que al hacerlo disfruto más del momento, del postre y de la compañía. Siempre.

Cuando descubrimos la vida que tenemos en Jesús, cuando experimentamos Su amor, perdón, redención, aceptación y el propósito que le inyecta a nuestra vida, no podemos callarlo. Cuando nuestro corazón comienza a arder al pasar tiempo con Jesús en el camino y en la mesa, y cuando creemos que Jesús, siendo Dios, dio Su vida por nosotros y resucitó de la muerte, ¡no podemos quedárnoslo solo para nosotros!

Necesitamos compartir de Jesús y a Jesús.

Si tienes a Jesús, no te lo quedes solo para ti.

Algo curioso va a suceder cuando hables a otros de Él: Jesús mismo se hará presente y Su paz te llenará. Si no encuentras la motivación necesaria para compartir de Jesús, quizá necesitas pasar más tiempo en el camino y la mesa con Él y con tu comunidad de fe. Si necesitas valentía para hablar de Él, tan solo pídesela y te la dará. Si piensas que no tienes nada que decir, solo piensa que antes de Jesús estabas sin vida y ahora tienes vida eterna. Esa es tu historia y ese es tu testimonio.

No te lo quedes solo para ti. Elige caminar día a día siguiendo a Jesús, mientras sirves a otros en esta jornada de fe. Decide pasar tiempo en la mesa con Dios y abrirle la silla a otros, invitándolos a Su mesa. Elige no solo ser partícipe del camino y la mesa que Jesús te ofrece para tu propio bien y satisfacción, sino para el bien de otros también.

Si dudas cómo compartir tu fe, solo recuerda estas dos palabras: Mesa y Camino.

Te invito a hacer esta oración:

Padre Celestial, gracias por buscarme y alcanzarme. Gracias por no rendirte conmigo, sino encontrarme en el camino y recorrer mis mejores y peores días a mi lado. En Tu mesa encuentro mi lugar, mi fortaleza y esperanza. Dame la valentía y pasión necesarias para buscarte, disfrutarte y compartirte cada día. 

En el nombre de Jesús, amén.