El milagro llamado IsraelMuestra

Nacimiento de una nación

Israel nació como nación moderna en 1948. Fue obra del mismo Dios, con el mismo proceder, para el mismo pueblo. Cuando David Ben Gurion, el primer ministro de Israel, leyó en voz alta la Declaración de Independencia de Israel, el estado de Israel surgió a la existencia. Todos los que conocían la Biblia entendieron el significado de ese momento; estaban asombrados, con lágrimas en sus ojos. Todos los profesores de Teología del Reemplazo se quedaron rascándose la cabeza.

Los profetas bíblicos que se remontan a Moisés habían predicho que el pueblo judío regresaría a Tierra Santa después de un largo y amargo exilio, habitaría la antigua herencia de Jacob, reconstruiría ciudades y restablecería la nación judía

Mientras la transmisión de radio de David Ben Gurion transmitía sus palabras a través de la tierra de Israel y al mundo entero, la gente en Tel Aviv bailaba en las calles. Sin embargo, la mayoría de los judíos en el estado recién declarado tenían poco tiempo para regocijarse. Ben Gurion describió más tarde su sentimiento mientras leía la Declaración: "No había alegría en mi corazón porque estaba pensando en una sola cosa: la guerra que estábamos a punto de pelear".

En las fronteras de la tierra, los ejércitos árabes de Jordania, Siria, Líbano, Arabia Saudita, Irak y Egipto se prepararon para un ataque. El día después de que Israel declarara la condición de Estado, siete ejércitos árabes se abalanzaron sobre la nueva nación, prometiendo empujar a los judíos al mar. Pese a que la ONU había sancionado oficialmente esa partición de Palestina en un estado judío y uno árabe, las naciones árabes lo rechazaron diciendo que no había lugar para los judíos.

Antes de la independencia de Israel, las fuerzas británicas, que todavía tenían el control de Palestina en ese momento, anunciaron que sus soldados se irían el 15 de mayo de 1948. Los judíos de Palestina se encontraron en una situación terrible. Los sionistas, aquellos que creen Israel es el lugar para los judíos, no podían comprar armas. El mundo árabe se preparó para saltar; el resto del mundo miró hacia otro lado.

Los sionistas se dieron cuenta que no podían depender de nadie másque de Dios, incluso si no creían en Él. David Ben Gurion era el judío más secular que se podía encontrar, pero incluso él tenía versículos de la Biblia debajo de su escritorio, esparcidos por todas partes. Él dijo:"La única forma en que puedo explicar lo que está sucediendo en este momento es si creo en estas cosas".

En la superficie, todos parecían desesperados. Pero Dios cumple Sus promesas. Él es fiel a las palabras que habló por medio de todos Sus profetas. Podemos confiar en Él.