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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkGAL">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="GAL.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Salutaci&#243;n</div><div class="p"> 1Pablo, ap&#243;stol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucit&#243; de los muertos), 2y todos los hermanos que est&#225;n conmigo, a las iglesias de Galacia: 3Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Se&#241;or Jesucristo, 4el cual se dio a s&#237; mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Am&#233;n.</div><div class="s">No hay otro evangelio</div><div class="p"> 6Estoy maravillado de que tan pronto os hay&#225;is alejado del que os llam&#243; por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8Mas si aun nosotros, o un &#225;ngel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, tambi&#233;n ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que hab&#233;is recibido, sea anatema.</div><div class="p"> 10Pues, &#191;busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? &#191;O trato de agradar a los hombres? Pues si todav&#237;a agradara a los hombres, no ser&#237;a siervo de Cristo.</div><div class="s">El ministerio de Pablo</div><div class="p"> 11Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por m&#237;, no es seg&#250;n hombre; 12pues yo ni lo recib&#237; ni lo aprend&#237; de hombre alguno, sino por revelaci&#243;n de Jesucristo. 13Porque ya hab&#233;is o&#237;do acerca de mi conducta en otro tiempo en el juda&#237;smo, que persegu&#237;a sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;#Hch. 8.3; 22.4-5; 26.9-11. 14y en el juda&#237;smo aventajaba a muchos de mis contempor&#225;neos en mi naci&#243;n, siendo mucho m&#225;s celoso de las tradiciones de mis padres.#Hch. 22.3. 15Pero cuando agrad&#243; a Dios, que me apart&#243; desde el vientre de mi madre, y me llam&#243; por su gracia, 16revelar a su Hijo en m&#237;,#Hch. 9.3-6; 22.6-10; 26.13-18. para que yo le predicase entre los gentiles, no consult&#233; en seguida con carne y sangre, 17ni sub&#237; a Jerusal&#233;n a los que eran ap&#243;stoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volv&#237; de nuevo a Damasco.</div><div class="p"> 18Despu&#233;s, pasados tres a&#241;os, sub&#237; a Jerusal&#233;n#Hch. 9.26-30. para ver a Pedro, y permanec&#237; con &#233;l quince d&#237;as; 19pero no vi a ning&#250;n otro de los ap&#243;stoles, sino a Jacobo el hermano del Se&#241;or. 20En esto que os escribo, he aqu&#237; delante de Dios que no miento. 21Despu&#233;s fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; 23solamente o&#237;an decir: Aquel que en otro tiempo nos persegu&#237;a, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. 24Y glorificaban a Dios en m&#237;.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch42" data-usfm="GEN.42">
 <div class="label">42</div><div class="s">Los hermanos de Jos&#233; vienen por alimentos</div><div class="p"> 1Viendo Jacob que en Egipto hab&#237;a alimentos, dijo a sus hijos: &#191;Por qu&#233; os est&#225;is mirando? 2Y dijo: He aqu&#237;, yo he o&#237;do que hay v&#237;veres en Egipto; descended all&#225;, y comprad de all&#237; para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.#Hch. 7.12. 3Y descendieron los diez hermanos de Jos&#233; a comprar trigo en Egipto. 4Mas Jacob no envi&#243; a Benjam&#237;n, hermano de Jos&#233;, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca alg&#250;n desastre. 5Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que ven&#237;an; porque hab&#237;a hambre en la tierra de Cana&#225;n.</div><div class="p"> 6Y Jos&#233; era el se&#241;or de la tierra, quien le vend&#237;a a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de Jos&#233;, y se inclinaron a &#233;l rostro a tierra. 7Y Jos&#233;, cuando vio a sus hermanos, los conoci&#243;; mas hizo como que no los conoc&#237;a, y les habl&#243; &#225;speramente, y les dijo: &#191;De d&#243;nde hab&#233;is venido? Ellos respondieron: De la tierra de Cana&#225;n, para comprar alimentos. 8Jos&#233;, pues, conoci&#243; a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. 9Entonces se acord&#243; Jos&#233; de los sue&#241;os que hab&#237;a tenido acerca de ellos,#Gn. 37.5-10. y les dijo: Esp&#237;as sois; por ver lo descubierto del pa&#237;s hab&#233;is venido. 10Ellos le respondieron: No, se&#241;or nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos. 11Todos nosotros somos hijos de un var&#243;n; somos hombres honrados; tus siervos nunca fueron esp&#237;as. 12Pero Jos&#233; les dijo: No; para ver lo descubierto del pa&#237;s hab&#233;is venido. 13Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un var&#243;n en la tierra de Cana&#225;n; y he aqu&#237; el menor est&#225; hoy con nuestro padre, y otro no parece. 14Y Jos&#233; les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois esp&#237;as. 15En esto ser&#233;is probados: Vive Fara&#243;n, que no saldr&#233;is de aqu&#237;, sino cuando vuestro hermano menor viniere aqu&#237;. 16Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos, y vuestras palabras ser&#225;n probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Fara&#243;n, que sois esp&#237;as. 17Entonces los puso juntos en la c&#225;rcel por tres d&#237;as. 18Y al tercer d&#237;a les dijo Jos&#233;: Haced esto, y vivid: Yo temo a Dios. 19Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra c&#225;rcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento para el hambre de vuestra casa. 20Pero traer&#233;is a vuestro hermano menor, y ser&#225;n verificadas vuestras palabras, y no morir&#233;is. Y ellos lo hicieron as&#237;.</div><div class="p"> 21Y dec&#237;an el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. 22Entonces Rub&#233;n les respondi&#243;, diciendo: &#191;No os habl&#233; yo y dije: No pequ&#233;is contra el joven,#Gn. 37.21-22. y no escuchasteis? He aqu&#237; tambi&#233;n se nos demanda su sangre. 23Pero ellos no sab&#237;an que los entend&#237;a Jos&#233;, porque hab&#237;a int&#233;rprete entre ellos. 24Y se apart&#243; Jos&#233; de ellos, y llor&#243;; despu&#233;s volvi&#243; a ellos, y les habl&#243;, y tom&#243; de entre ellos a Sime&#243;n, y lo aprision&#243; a vista de ellos. 25Despu&#233;s mand&#243; Jos&#233; que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poni&#233;ndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y as&#237; se hizo con ellos.</div><div class="p"> 26Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de all&#237;. 27Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mes&#243;n, vio su dinero que estaba en la boca de su costal. 28Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aqu&#237; en mi saco. Entonces se les sobresalt&#243; el coraz&#243;n, y espantados dijeron el uno al otro: &#191;Qu&#233; es esto que nos ha hecho Dios?</div><div class="p"> 29Y venidos a Jacob su padre en tierra de Cana&#225;n, le contaron todo lo que les hab&#237;a acontecido, diciendo: 30Aquel var&#243;n, el se&#241;or de la tierra, nos habl&#243; &#225;speramente, y nos trat&#243; como a esp&#237;as de la tierra. 31Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos esp&#237;as. 32Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor est&#225; hoy con nuestro padre en la tierra de Cana&#225;n. 33Entonces aquel var&#243;n, el se&#241;or de la tierra, nos dijo: En esto conocer&#233; que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad, 34y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois esp&#237;as, sino hombres honrados; as&#237; os dar&#233; a vuestro hermano, y negociar&#233;is en la tierra.</div><div class="p"> 35Y aconteci&#243; que vaciando ellos sus sacos, he aqu&#237; que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor. 36Entonces su padre Jacob les dijo: Me hab&#233;is privado de mis hijos; Jos&#233; no parece, ni Sime&#243;n tampoco, y a Benjam&#237;n le llevar&#233;is; contra m&#237; son todas estas cosas. 37Y Rub&#233;n habl&#243; a su padre, diciendo: Har&#225;s morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entr&#233;galo en mi mano, que yo lo devolver&#233; a ti. 38Y &#233;l dijo: No descender&#225; mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y &#233;l solo ha quedado; y si le aconteciere alg&#250;n desastre en el camino por donde vais, har&#233;is descender mis canas con dolor al Seol.</div>
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 <div class="book bkCOL">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="COL.3.13">
 <div class="p">13soport&#225;ndoos unos a otros, y perdon&#225;ndoos unos a otros#Ef. 4.2. si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdon&#243;, as&#237; tambi&#233;n hacedlo vosotros.#Ef. 4.32. </div>
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