Cómo formar parte del cuerpo de CristoMuestra

Abrazar la verdad

Tener apertura a la verdad, dondequiera que se encuentre, es una virtud antigua que se basaba en la suposición de que existe tal cosa como la verdad objetiva, a la que debemos estar abiertos. A los estudiantes de educación superior se les enseña ahora una virtud general: ser «abiertos». El propósito de su educación no es hacerles eruditos, sino proporcionarles una virtud moral: una apertura, un relativismo que rechaza cualquier forma de valores o verdades objetivas fijas. Su credo simplista es que no hay absolutos.

Cuando no existen estándares objetivos de verdad, nos quedamos con sentimientos, impresiones e intuiciones que nunca pueden ser juzgados como falsos o malos. El resultado final de este enfoque no es simplemente la ignorancia y el escepticismo, sino la deshumanización final de las personas. Si todo el mundo tiene la razón, entonces nadie tiene la razón. Si todos los puntos de vista son igualmente valiosos, ningún punto de vista es valioso.

Como miembros del cuerpo de Cristo, nos enfrentamos a dos enemigos, ambos mortales. En primer lugar, tenemos la tentación de adoptar los patrones de pensamiento del mundo secular para ser modernos y relevantes en nuestro pensamiento. Nos aterra ser percibidos como «retrógrados».

En segundo lugar, podemos caer en la tentación de una nueva forma de aislamiento monástico, en el que le entregamos la ciencia, la lógica y la educación al mundo secular mientras intentamos vivir una fe vacía y descontenta en una isla de sentimientos religiosos.

Cualquiera de las dos opciones termina en el cementerio con un morboso servicio fúnebre para la verdad. El entierro es algo decente para un cuerpo que ha sido dejado donde fue asesinado.

Coram Deo: vivir delante del rostro De Dios

Examina tu propia vida: ¿Estás tentado a abrazar los patrones de pensamiento del mundo secular para ser moderno y relevante en tu pensamiento? ¿Estás viviendo una fe vacía y descontenta en aislamiento monástico?