Devocionales Diarios con Greg LaurieMuestra

Un Salvador Humilde Si usted fuera Dios, ¿sería alguna vez tentado a hacer un milagro para usted mismo? Yo lo sería. Si yo fuera Jesús, en vez de caminar largas distancias, sólo diría, "Voy a estar ahí ahora," y así sería. También, no me hubiera comido la comida del día de Jesús. Después de todo, Dios es omnisciente. Él conoce el futuro. Por lo tanto, Él sabía que la hamburguesería In-N-Out existiría algún día. Sabía que toda la comida fresca que comemos hoy en día algún día llegar a existir. Así que habría enviado a los discípulos a pescar mientras disfruto de mi comida de In-N-Out. Pero Jesús nunca hizo nada como eso. Aún cuando estuvo muerto del hambre durante Su tentación en el desierto, Él no convirtió las piedras en pan después que el enemigo le sugirió que lo hiciera. Él respondió, "Escrito está, 'No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios'" (Lucas 4:4). Jesús siempre estaba pensando en los demás. Así que ¿que lo es lo que dice acerca de Él cuando Él pronunció las palabras desde la cruz, "Tengo sed"? (Juan 19:28)? Este era el Creador del universo diciendo, "Tengo sed." ¿Cree usted que Jesús pudo haber resuelto sus propios problemas? ¿Cree usted que pudo haberle dicho al agua que surgiera de la nada? Si. Jesús pudo haber hecho que las Cataratas del Niágara aparecieran ante Él si lo deseaba. Pero en vez de eso dijo, "Tengo sed." Esto nos recuerda que aunque Jesús era totalmente Dios, también era totalmente hombre. Nunca ni por un momento Él abandonó su divinidad, a pesar de que no siempre ejerció sus poderes milagrosos a su antojo. Él cubrió su gloria. Pero siempre fue Dios. Por eso es que su muerte, y sólo su muerte, fue suficiente para cumplir las justas demandas del Padre. Oración resumen: Jesús nunca rindió su deidad pero fue humilde. Derechos de autor © 2012 por Harvest Ministries. Todos los derechos reservados.