Lucha Y Triunfo: Quién Dice Dios Que Soy?Muestra

Soy una luz en el mundo

"Eres la luz del mundo. Una ciudad construida sobre una colina no se puede esconder." Mateo 5:14

La oscuridad no es lo opuesto a la luz; es la ausencia de luz.

En la primera carta de Juan nos dice que Dios ES luz, y en Él no hay tinieblas en absoluto (1 Juan 1: 5). La luz revela, expone, guía y da vida. La oscuridad proviene del pecado y del escondite.

La luz de Dios invadió nuestro mundo a través de Jesús, "pero la gente amaba las tinieblas en lugar de la luz porque sus obras eran malas" (Juan 3:19). En Juan 8:12 Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo." Debido a que Jesús vive dentro de nosotros, Su luz brilla a través de nosotros.

Jesús dijo que somos la luz del mundo porque su Espíritu vive dentro de nosotros. La luz en nosotros brilla cuando caminamos al paso de Su Espíritu. Él es nuestra fuente de energía de la misma manera que las baterías alimentan una linterna.

Al pedirle al Espíritu Santo que dirija nuestros pasos, encendemos el poder de la luz. Cuando confiamos en que el camino de Jesús es el mejor y le obedecemos, allí encendemos el poder de la luz.

Su luz brilla cuando nos negamos a hablar mal de un árbitro con el que no estamos de acuerdo, cuando elegimos no jugar sucio para ganar, cuando hacemos jugadas que ayudan a alguien más a brillar en lugar de acaparar la atención nosotros mismos.

Cuando vivimos como Jesús, a pesar de estar rodeados de un mundo oscuro, su luz nos hace brillar.

Jesús eligió regresar al cielo y dejar Su luz en nosotros para que un mundo que lo observa no pueda evitar verlo a través de nosotros. La luz puede ser poderosa y curativa, cálida y acogedora. La gente se siente atraída por la luz. Jesús dijo que somos como una ciudad en una colina, brillando como un faro, mostrando el camino a la Fuente.

Aplicación: ¡La luz es buena! Tener el Espíritu del Salvador resucitado viviendo en nosotros inunda nuestras vidas y las hace brillar. Cuando vivimos en conexión con la fuente de poder del Espíritu Santo, nuestras vidas comienzan a brillar como Jesús y las personas que nos rodean pueden verlo.