Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

Después de su bautismo, Jesús se fue al desierto durante cuarenta días sin comida. Jesús estaba repitiendo la travesía de cuarenta años de Israel a través del desierto, donde se quejaron y se rebelaron contra Yahvé. Pero allí donde Israel fracasó, Jesús triunfó. Cuando es puesto a prueba, Jesús se niega a usar su identidad divina para servirse a sí mismo y, en cambio, se identifica con el sufrimiento de la humanidad. Él confía en Yahvé a pesar de todo y demuestra ser el que revertirá los fracasos de Israel y de toda la humanidad.

Después de esto, Jesús regresó a su ciudad natal, Nazaret. Visitó la sinagoga y lo invitaron a leer las Escrituras hebreas. Abrió el pergamino de Isaías, lo leyó y se sentó antes de añadir: "Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír". La audiencia se asombró y no podían dejar de mirarlo. Él era de quien habló Isaías: el ungido que llevaría la buena noticia a los pobres, sanaría a los enfermos y liberaría a los marginados de su vergüenza. Él es el que establecerá su Reino al revés, para revertir lo que está mal y hacer que el mundo vuelva a estar bien.