Cómo amar al prójimoMuestra

¿Quién es mi prójimo?

Ama a tu prójimo. Ya sea que estés familiarizado con la Biblia o no, probablemente hayas escuchado esta frase. Este mandamiento está en Levítico 19:18 en el Antiguo Testamento y viene a continuación del que dice que no debemos buscar venganza ni tener rencor con las personas. 

Cuando pensamos en nuestro vecino, en sentido literal, pensamos que es alguien que vive al lado nuestro. Para saber el verdadero significado de prójimo, tenemos que ir al texto original hebreo de Levítico 19:18. La palabra para prójimo es plesion, que significa amigo o cualquier otra persona.Básicamente, ¡debemos amar a todo el mundo!

El miembro de la familia que discute

El hombre amable del supermecado

La señora frustrante de la calle

El dulce niño extranjero

La persona que vota distinto a ti

Esto pone la vara bastante alta, ¿no es cierto? Pero, es escencial, ¡tanto que Jesús lo convirtió en el segundo mandamiento más importante!

“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Jesús contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”, le respondió Jesús. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”  Mateo 22:36-39 NVI.

Esto puede ser bastante desafiante, e incluso un poco inalcanzable. Sería más realista si dijiese, "Ama a tu prójimo cuando se porta bien contigo y todo va bien. Pero si te decepciona o te molesta, ahí no tienes que hacerlo. Tienes un pase”. Pero Jesús fue muy claro: debemos amar a nuestro prójimo todo el tiempo. 

Entonces, ¿cómo lo hacemos? Primero, amamos a Dios y después a nosotros mismos. Amar a Dios primero significa que recibimos Su amor por nosotros, ya que Él nos amó primero. Su amor por nosotros es incondicional. Se hace difícil comprender esa clase de amor y aún más difícil demostrarlo. Probablemente sea por eso que a menudo cuando se trata de amar a otros lo hacemos solo si se siente conveniente. Amarnos a nosotros mismos no se trata de una clase de amor ensimismado. Significa que vemos nuestro valor porque Jesús lo hizo, ¡tanto como para morir en la cruz por nosotros! Aprender a amarnos a nosotros mismos por el valor que tenemos en Jesús nos ayudará a amar a nuestro prójimo. 

Cuando amas al prójimo, estás siendo las manos y los pies de Jesús. Los próximos tres días de este Plan te ayudarán a aprender a amar bien a tu prójimo.