Jesús: El Hombre Perfecto

"Un Encuentro Real Con El Espíritu Santo: Del Anhelo a La Llenura Transformadora"

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Los Lenguajes Del Amor Para Matrimonios

Fruto, raíz y corazón: Lo que llevas dentro sale afuera

Cuando Dios Dice: "Todavía No"

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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkRUT">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="RUT.2">
 <div class="label">2</div><div class="s">Rut recoge espigas en el campo de Booz</div><div class="p"> 1Ten&#237;a Noem&#237; un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.</div><div class="p"> 2Y Rut la moabita dijo a Noem&#237;: Te ruego que me dejes ir al campo, y recoger&#233; espigas#Lv. 19.9-10; Dt. 24.19. en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondi&#243;: Ve, hija m&#237;a.</div><div class="p"> 3Fue, pues, y llegando, espig&#243; en el campo en pos de los segadores; y aconteci&#243; que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec. 4Y he aqu&#237; que Booz vino de Bel&#233;n, y dijo a los segadores: Jehov&#225; sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehov&#225; te bendiga. 5Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: &#191;De qui&#233;n es esta joven?</div><div class="p"> 6Y el criado, mayordomo de los segadores, respondi&#243; y dijo: Es la joven moabita que volvi&#243; con Noem&#237; de los campos de Moab; 7y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entr&#243;, pues, y est&#225; desde por la ma&#241;ana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.</div><div class="p"> 8Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija m&#237;a, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aqu&#237;; y aqu&#237; estar&#225;s junto a mis criadas. 9Mira bien el campo que sieguen, y s&#237;guelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.</div><div class="p"> 10Ella entonces bajando su rostro se inclin&#243; a tierra, y le dijo: &#191;Por qu&#233; he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?</div><div class="p"> 11Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra despu&#233;s de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. 12Jehov&#225; recompense tu obra, y tu remuneraci&#243;n sea cumplida de parte de Jehov&#225; Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.</div><div class="p"> 13Y ella dijo: Se&#241;or m&#237;o, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al coraz&#243;n de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.</div><div class="p"> 14Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aqu&#237;, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sent&#243; junto a los segadores, y &#233;l le dio del potaje, y comi&#243; hasta que se saci&#243;, y le sobr&#243;. 15Luego se levant&#243; para espigar. Y Booz mand&#243; a sus criados, diciendo: Que recoja tambi&#233;n espigas entre las gavillas, y no la avergonc&#233;is; 16y dejar&#233;is tambi&#233;n caer para ella algo de los manojos, y lo dejar&#233;is para que lo recoja, y no la reprend&#225;is.</div><div class="p"> 17Espig&#243;, pues, en el campo hasta la noche, y desgran&#243; lo que hab&#237;a recogido, y fue como un efa de cebada. 18Y lo tom&#243;, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que hab&#237;a recogido. Sac&#243; tambi&#233;n luego lo que le hab&#237;a sobrado despu&#233;s de haber quedado saciada, y se lo dio. 19Y le dijo su suegra: &#191;D&#243;nde has espigado hoy? &#191;y d&#243;nde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido.</div><div class="p">Y cont&#243; ella a su suegra con qui&#233;n hab&#237;a trabajado, y dijo: El nombre del var&#243;n con quien hoy he trabajado es Booz. 20Y dijo Noem&#237; a su nuera: Sea &#233;l bendito de Jehov&#225;, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Despu&#233;s le dijo Noem&#237;: Nuestro pariente es aquel var&#243;n, y uno de los que pueden redimirnos. 21Y Rut la moabita dijo: Adem&#225;s de esto me ha dicho: J&#250;ntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. 22Y Noem&#237; respondi&#243; a Rut su nuera: Mejor es, hija m&#237;a, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. 23Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acab&#243; la siega de la cebada y la del trigo; y viv&#237;a con su suegra.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch27" data-usfm="ACT.27">
 <div class="label">27</div><div class="s">Pablo es enviado a Roma</div><div class="p"> 1Cuando se decidi&#243; que hab&#237;amos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centuri&#243;n llamado Julio, de la compa&#241;&#237;a Augusta. 2Y embarc&#225;ndonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesal&#243;nica. 3Al otro d&#237;a llegamos a Sid&#243;n; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permiti&#243; que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos. 4Y haci&#233;ndonos a la vela desde all&#237;, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. 5Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. 6Y hallando all&#237; el centuri&#243;n una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarc&#243; en ella. 7Navegando muchos d&#237;as despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos imped&#237;a el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salm&#243;n. 8Y coste&#225;ndola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.</div><div class="p"> 9Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegaci&#243;n, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, 10dici&#233;ndoles: Varones, veo que la navegaci&#243;n va a ser con perjuicio y mucha p&#233;rdida, no solo del cargamento y de la nave, sino tambi&#233;n de nuestras personas. 11Pero el centuri&#243;n daba m&#225;s cr&#233;dito al piloto y al patr&#243;n de la nave, que a lo que Pablo dec&#237;a. 12Y siendo inc&#243;modo el puerto para invernar, la mayor&#237;a acord&#243; zarpar tambi&#233;n de all&#237;, por si pudiesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar all&#237;.</div><div class="s">La tempestad en el mar</div><div class="p"> 13Y soplando una brisa del sur, pareci&#233;ndoles que ya ten&#237;an lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta. 14Pero no mucho despu&#233;s dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclid&#243;n. 15Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a &#233;l y nos dejamos llevar. 16Y habiendo corrido a sotavento de una peque&#241;a isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. 17Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ce&#241;ir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. 18Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente d&#237;a empezaron a alijar, 19y al tercer d&#237;a con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. 20Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos d&#237;as, y acosados por una tempestad no peque&#241;a, ya hab&#237;amos perdido toda esperanza de salvarnos.</div><div class="p"> 21Entonces Pablo, como hac&#237;a ya mucho que no com&#237;amos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habr&#237;a sido por cierto conveniente, oh varones, haberme o&#237;do, y no zarpar de Creta tan solo para recibir este perjuicio y p&#233;rdida. 22Pero ahora os exhorto a tener buen &#225;nimo, pues no habr&#225; ninguna p&#233;rdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. 23Porque esta noche ha estado conmigo el &#225;ngel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante C&#233;sar; y he aqu&#237;, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25Por tanto, oh varones, tened buen &#225;nimo; porque yo conf&#237;o en Dios que ser&#225; as&#237; como se me ha dicho. 26Con todo, es necesario que demos en alguna isla.</div><div class="p"> 27Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a trav&#233;s del mar Adri&#225;tico, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra; 28y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco m&#225;s adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. 29Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de d&#237;a. 30Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que quer&#237;an largar las anclas de proa. 31Pero Pablo dijo al centuri&#243;n y a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no pod&#233;is salvaros. 32Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse.</div><div class="p"> 33Cuando comenz&#243; a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto d&#237;a que vel&#225;is y permanec&#233;is en ayunas, sin comer nada. 34Por tanto, os ruego que com&#225;is por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecer&#225;. 35Y habiendo dicho esto, tom&#243; el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y parti&#233;ndolo, comenz&#243; a comer. 36Entonces todos, teniendo ya mejor &#225;nimo, comieron tambi&#233;n. 37Y &#233;ramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. 38Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.</div><div class="s">El naufragio</div><div class="p"> 39Cuando se hizo de d&#237;a, no reconoc&#237;an la tierra, pero ve&#237;an una ensenada que ten&#237;a playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. 40Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando tambi&#233;n las amarras del tim&#243;n; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. 41Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, qued&#243; inm&#243;vil, y la popa se abr&#237;a con la violencia del mar. 42Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. 43Pero el centuri&#243;n, queriendo salvar a Pablo, les impidi&#243; este intento, y mand&#243; que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; 44y los dem&#225;s, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y as&#237; aconteci&#243; que todos se salvaron saliendo a tierra.</div>
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Two-Year Bible Reading Plan: Volume 1Muestra

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