Conoce a Jesús Y SígueloMuestra

Día 2 - Conocer a Jesús y reconocerlo como Señor y Salvador

VERSÍCULOS DE REFERENCIA :

Isaías 59:1-8 RVR1960

1 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír;

2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios y vuestros pecados han hecho que oculte de vosotros su rostro para no oíros.

3 Porque vuestras manos están sucias de sangre y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira y habla maldad vuestra lengua.

4 No hay quien clame por la justicia ni quien juzgue por la verdad. Confían en la vanidad y hablan vanidades; conciben maldades y dan a luz iniquidad;

5 incuban huevos de áspides y tejen telas de araña. El que coma de sus huevos morirá; y si los rompen, saldrán víboras.

6 Sus telas no servirán para vestir ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad y obra de rapiña está en sus manos.

7 Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.

8 No conocieron camino de paz ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; nadie que por ellas camine conocerá paz.

Romanos 12:1 RVR1960

1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

1 Juan 1:9 RVR1960

9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 

Reflexiones:

Conocer a Jesús y reconocerlo como Señor y Salvador, es ser salvo y entrar en una vida dependiente de Él. 

Lea Isaías 59, 1-8 y tome un momento para responder las siguientes preguntas : 

➤ Según tú, ¿Qué es el pecado? ¿Y según la Biblia?

➤ En Romanos 12:1, ¿A qué nos exhorta Pablo? 

➤ En 1 Juan 1:9 ¿Qué nos permite tener la seguridad de ser perdonados y purificados de todos nuestros pecados? 

Conocer a Jesús y reconocerlo como Señor y Salvador:

La primera revelación que tenemos en nuestra vida es la salvación y saber que estamos separados de Dios a causa de nuestro pecado. No hemos hecho nada en particular para esto, hemos nacido así. A causa de la desobediencia de Adán y Eva en el jardín del Edén, el pecado forma parte de nuestra naturaleza humana y merecemos el infierno eterno (Romanos 3:23). A causa de nuestra lejanía de Dios y la imposibilidad de acercarnos a Él por nosotros mismos, es que Dios vino hacia nosotros, hacia donde estábamos. En Su amor, Dios ha resuelto el problema ofreciendo a Su hijo Jesús en la cruz en lugar nuestro, para que pudiéramos ser reconciliados con Él (Romanos 5:8). Jesucristo, totalmente hombre y totalmente Dios, nació de la virgen María y habiendo vivido una vida perfecta en la tierra, eligió libremente dar su vida por nosotros en la cruz, a fin de tomar sobre Él, el pecado que nos separaba de Dios.

El pecado no es este o aquel acto en particular, tampoco hay medida en el pecado, ningún pecado es peor que otro, no hay grandes o pequeños pecados, todos nos conducen a la muerte (Romanos 6:23). Solo las consecuencias humanas son diferentes. De hecho, el pecado es todo lo que nos separa de Dios y lo que a Él le desagrada, no solamente las cosas malas que nosotros hemos hecho, sino también las buenas cosas que no hemos hecho. El pecado es todo lo que no está de acuerdo con su voluntad y el propósito de Dios para nuestras vidas. Cuando tú conoces a Jesús, descubres a Aquel que está sin pecado, perfectamente justo y puro. Todo lo que hay en ti y que no está alineado a Su voluntad es traído a la luz. Recordaremos más sobre esto en el próximo capítulo. Jesús pagó el precio de nuestra salvación. Lo que nos salva es la revelación que tenemos de Jesús como el Cristo, la respuesta para nuestra vida y la fe en la obra que hizo por nosotros mientras moría por nuestros pecados.

El pecado nos destruye y a medida que vivimos con Jesús, Él nos va a mostrar lo que no está bien y nosotros podremos confesarle a Él, es decir reconocer nuestro pecado y pedirle perdón específicamente por eso, mientras decidimos alejarnos del pecado, para no cometerlo nunca más. En 1 Juan 1:9 (RVR1960) nos es dada una promesa extraordinaria: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. Podemos tener la seguridad del perdón, sea cual sea nuestro pecado. Ese versículo igualmente nos permite barrer la acusación que podríamos tener contra nosotros, porque si el mismo Dios nos ha perdonado, ¿Quién puede venir a acusarnos? Acusarse uno mismo, es negar la obra de perdón hecha por Jesús. Para seguir a Jesús es esencial que no guardemos ningún secreto entre nosotros y Él, para vivir una vida transparente ante Él. Esto es primordial a fin de ser Sus discípulos.

Pecar significa literalmente “errar el blanco”. Dios tiene una meta para todos y cada uno de nosotros y solo en las relaciones de intimidad con Él, es que podremos vivir la vida que Él ha previsto para nosotros. Por lo tanto, necesitamos saber cómo renunciar al pecado, lo que significa reconocer que nuestra vida no está yendo en la dirección correcta y no está logrando la meta de Dios. Por lo tanto, podemos elegir cambiar y entrar en sus proyectos. Dios tiene grandes cosas para tu vida y lo mejor esta delante de ti y depende de ti elegir lo que quieres vivir. Toma un momento para invitar al Espíritu Santo a entrar a tu vida y que te conduzca por el camino que Dios ha previsto para tu vida.

Mi decisión

Lo que comprendí para mi vida personal :

Lo que decido para mi vida, con lo que acabo de aprender :

Lo que tú decides hoy, determina quien serás mañana :

Del libro "un disciple en marche" copyright 2018 de Luc Favre, publicado por Vie Victorieuse. Todos los derechos reservados.