A través del lente divino.Muestra

Eres fuerte.

En el verano del 2019, mientras trabajaba como estudiante misionera en los Estados Unidos, conocí a una mujer. Antes de acercarme a ella para hablarle, pasé frente a su auto varias veces, no queriendo ir a molestarla, pero algo me decía que fuera (obviamente ese “algo” era Dios). 

Cuando me acerqué a hablarle, me dijo que no estaba interesada en los libros que tenía para mostrarle, pero no me rendí. Le pregunté que cómo iba a estar interesada si aún no me dejaba mostrárselos. Ella se rió y luego accedió. Usualmente presento los libros de salud con mucho más esmero, pero en aquel momento le mostré más detalladamente el libro devocional llamado “En búsqueda de la paz.” 

Ella se sorprendió mucho y me dijo que necesitaba ese libro, que realmente lo quería y me preguntó que cómo yo sabía eso. Me dijo que su nombre es Keke y me contó que su esposo había muerto hace un año. Ella se había quedado sola con su hija y me confesó que había sido muy difícil. Le dije que la admiraba por lo fuerte que era, y que Dios me había enviado para mostrarle ese libro. 

Keke me dijo que oraba cada noche al Señor para que la ayudara, y me enseñó un tatuaje en el cual tenía un salmo que era el favorito de su esposo, y aunque no era cristiana, era creyente y necesitaba aún más de Dios. Al final, me preguntó si estaría aquí más tarde porque no tenía dinero, pero quería el libro. Entonces entendí que Dios había planeado un encuentro divino para que yo le diera ese libro, así que no acepté ninguna donación por él y le dije que se lo regalaba.

Sé que Keke no es la única que ha sido golpeada por este mundo de pecado. Seguro también has perdido personas, te han maltratado, te han juzgado y herido, has pasado por luchas que no le cuentas a nadie, pero a pesar de todo eso, sigues aquí. Llorar, cansarse o desanimarse es totalmente normal, eso no nos hace débiles, solamente muestra que somos humanos. Que hayas pasado por tantas cosas y sigas de pie, significa que eres fuerte. 

Somos fuertes porque Dios nos hace fuertes, Él nos reconforta y nos dice que podemos seguir, el camino no termina aquí. Y como aquella vez con Keke, hoy el Señor me envió a recordarte que no te dejará caer, que las cosas que pensabas que te matarían, ahora parecen ser tan pequeñas, y es porque tu fuerza ha venido de Dios.  

 Leslie Ramírez