El Poder De La Palabra De DiosMuestra

No torne la Palabra infructuosa



 

En la parábola del sembrador, contada por Jesús, Él relata que algunas personas oyen la Palabra, pero cuando se detienen con las preocupaciones del día a día y la seducción de las riquezas (que es la ganancia, avaricia y ambición), se pierden, agrediendo y sofocando la Palabra recibida y esta se torna infructuosa. 

La palabra infructuosa en el griego (ακαρπος akarpos) significa: sin fruto, estéril, sin producir lo que debe producir. 

Dos cosas bien claras relatadas por Jesús tornan la Palabra infructuosa en nuestras vidas.

1) Avidez por lucro, dinero fácil, ambición, ganancia, avaricia.

2) Preocupaciones del día a día.

 

Todos ya nos hemos sentidos tentados a vivir así y muchos amados hermanos están así en ese momento, pero no se dan cuenta. Cuando mi preocupación es más grande que mi fe, entonces estoy fuera de la Palabra de Dios. Algunas personas no satisfechas en preocuparse con sus vidas, también se preocupan con la vida de los otros. Padres preocupados con hijos, hijos con padres y la lista sigue. Cualquier especie de preocupación está en desacuerdo con la Palabra de Dios. Si nos preocupamos, tornamos la Palabra infructuosa, o sea, ella no produce en nosotros, para nosotros y a través de nosotros lo que debería producir. Por eso muchas veces vivimos, pero no disfrutamos de los beneficios descritos en la Palabra. 

La cuestión relacionada al dinero, que también torna la Palabra infructuosa, ha sido una desgracia en el medio cristiano. Nosotros pensamos que somos nosotros que nos sustentamos, pero sin Dios nada podemos hacer. Muchos han estado ávidos por tener cada vez más. Un carro ya no basta, quieren dos, una moto es poco, quieren dos, tres mil de salario es poco, quieren ocho mil. Quieren el celular de la hora, la tele del momento, la ropa de la marca tal... No saben esperar en Dios, buscan por si mismos sus fuentes de ganancia y con eso tornan la Palabra infructuosa en sus vidas. Otros son avarientos, con una falsa humildad, dan alimentos a los pobres, pero son incapaces de cumplir la Palabra que dice:

 

Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Gálatas 6:10



Amados, oigan la Palabra y concuerden con ella, acéptenla como verdad absoluta, para que así puedan disfrutar de la inmensa provisión de la gracia y el don de la justicia.