Experimentando el poder y la presencia de DiosMuestra

Cuando necesitas un defensor

Martín Lutero, el gran estudioso de la Biblia y reformador alemán, se atrevió a desafiar al sistema religioso y político de su época. Con el riesgo de ser quemado como hereje, Lutero leyó y enseñó audazmente las Escrituras. Sus escritos fueron muy influyentes, incluso polémicos. Al desafiar y contradecir públicamente las prácticas corruptas del establecimiento religioso, se puso bajo escrutinio que podría haber resultado en su muerte.

Sin embargo, cuando fue llamado ante el emperador Carlos V en la Dieta de Worms en 1521, Lutero se mantuvo firme y se negó a retractarse. Mientras era escoltado por las autoridades, un grupo de sus seguidores, disfrazados de atacantes, entraron a caballo y lo llevaron a un castillo alemán donde lo escondieron y le proporcionaron todo lo que necesitó durante dos años. Durante uno de los tiempos más oscuros de la vida de Lutero, Dios le proporcionó literalmente una poderosa fortaleza, una provisión continua, alegría en medio de la adversidad y calma en medio de la tormenta.

Dios no siempre envía ese tipo de rescate. Estuvo con nosotros cuando mi madre estaba en el hospital, pero aún así ella falleció. A veces Dios le da a su pueblo valentía ante un grave peligro, pero no los libera de él. Ese fue el caso de Esteban en el libro de los Hechos. Desafió audazmente a los líderes religiosos que le acusaron falsamente de blasfemia, pero a pesar de su poderoso testimonio, Dios permitió que se llevaran a cabo las intenciones de los hombres malvados (Hechos 7:59-60). Sin embargo, Dios seguía allí, ofreciendo fuerza y cumpliendo los propósitos eternos.

La protección de Dios no es sólo para los "superhéroes" espirituales de los que leemos en las Escrituras y en la historia. Estas eran personas ordinarias que aprendieron a confiar y responder a Dios de acuerdo a su Palabra. De hecho, la mayoría de nosotros aprendemos a confiar no porque seamos nobles, valientes, piadosos, y lo tenemos todo resuelto, sino porque no tenemos otra opción. Lo más probable es que experimentes a Dios cuando lo necesites desesperadamente. En tus momentos más oscuros, él será tu fortaleza poderosa y tu mayor fuerza.