Me Divorcié y Ahora ¿Qué?Muestra

 Amar sin medidas

Por naturaleza hemos sido creados para amar. Es un mandato bíblico que nos amemos los unos a los otros y que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Imagínate, entonces, el amor que debe demostrarse en el matrimonio. Dios nos diseñó para que estuviéramos en pareja. Desde el inicio no vio con buenos ojos que el hombre estuviese solo, pero qué pasa cuando has luchado con todas tus fuerzas y aun así toca a tu puerta una separación o un divorcio.

Primeramente, hay que pensar que Dios no desea que nos divorciemos.  Él instituyó el matrimonio para toda la vida, pero distintas circunstancias llevan a las parejas a optar por la experiencia traumática del divorcio. Amar sin medidas no es posible para algunos, ya sea por infidelidad o maltratos. Sin embargo, otros pasamos esta vivencia porque nuestro cónyuge aseguró que se le terminó el amor, cuando el amor nunca deja de ser. 

El enemigo lo que quiere es engañar el corazón para dañar el diseño original que Dios determinó para el matrimonio. Sin embargo, no podemos exigir a nadie a que nos ame y me tocó darle la libertad que me estaba solicitando, al que era mi esposo, porque el amor verdadero es capaz de dejar ir. El que ama sin medidas no retiene ni obliga. Dios tiene un plan para nuestras vidas y si la otra persona no quiere ser parte de ese plan no podemos aferrarnos, eso nos hace daño y lastima nuestro corazón.

Si te tocó experimentar una separación o divorcio, solo asegúrate que amaste sin medidas; que diste todo lo que estuvo a tu alcance para salvar esa relación y comienza a amarte tú. Empieza por cuidar tu corazón porque ahora el amor que tienes lo debes enfocar en ti. Dios quiere lo mejor para ti. Él dio a su hijo por amor a ti. Por lo tanto, el divorcio no es el final de tu vida y el Señor tiene para ti un amor sin medidas.