La vida profundamente formadaMuestra

“Plenitud sexual”
Desde el principio, la historia humana ha sido de profundo conflicto y alienación con nuestros cuerpos.
Dios les dio a los primeros humanos, Adán y Eva, un paraíso completamente equipado y estableció un límite importante: no debían comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Poco después, una serpiente apareció en escena seduciendo a la pareja para que comiera del árbol. Este es uno de los versículos más trágicos de la Biblia: “ En ese momento los ojos de ambos fueron abiertos y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera” (Génesis 3:7).
El pecado distorsionó su visión, irónicamente, al abrirles los ojos. Hasta ese momento, veían con los ojos puros de Dios. Ahora veían con la visión empañada de la caída humana.
Las consecuencias continuarían atormentando a la humanidad. Hasta hoy, cuando pensamos en nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, a menudo lo hacemos bajo un peso de vergüenza, arrepentimiento, dolor y rabia.
Pero este no es el final de la historia. Hay esperanza. Con poder y amor, Dios puede formarnos profundamente de acuerdo a Jesús. En él, nuestra esclavitud es superada, nuestras heridas no tienen la palabra final. Cristo es victorioso.
En Jesús, se ofrece una nueva humanidad: una humanidad no encadenada por la prisión del pecado y la vergüenza, sino liberada en la plenitud del amor de Dios. En aquel singular acto relacionado con el árbol del Jardín del Edén, el mundo cayó en una peligrosa espiral de pecado. Pero entonces vino Jesús, y en un acto de obediencia, cambió para siempre la trayectoria del mundo.
Sí, Adán y Eva se escondieron detrás de un árbol, desnudos y derrotados por la vergüenza. Pero Jesús, desnudo, colgado de un madero, venció a la vergüenza.
En Jesús, la vergüenza no tiene la última palabra. Nuestros deseos ya no necesitan ser desordenados. Podemos vivir en la libertad que viene en su nombre.
La plenitud sexual se consigue con la ayuda de los demás. ¿Se han vuelto desordenados tus deseos sexuales? Busca un compañero o un grupo de recuperación de adicciones. ¿Estás solo? Busca vínculos sociales con los demás. ¿Está casado? Practica la plenitud de la comunicación con tu cónyuge que solo se logra a través de las relaciones sexuales.
Acerca de este Plan

Como el pastor Rich Villodas de Nueva York lo define, una vida profundamente formada es una vida marcada por integración, interacción; entrelazada, y entretejida, manteniendo juntas múltiples capas de formación espiritual. Esta clase de vida nos llama a ser personas que cultivan una relación con Dios en oración, dirigiéndose siempre a la reconciliación, a buscar la justicia, a tener vidas internas saludables, y a ver nuestros cuerpos y nuestra sexualidad como regalos que debemos administrar.
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Nos gustaría agradecer a WaterBrook Multnomah por proveer este Plan. Para más información, por favor visita:https://www.richvillodas.com/
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