Dirección Para el DíaMuestra

Puedes tener fe y tener un mal día. 

Puedes creer que Dios te cuidará y sigues siendo temeroso. 

Ser un discípulo de Cristo no significa que estés libre de culpa. Es cierto que vas a tener incertidumbre en la vida, que experimentarás decepción y desaliento. 

A veces las cosas no suceden como esperábamos.

A veces le pasan cosas malas a la gente buena.

A veces suceden las cosas que no son justas.

No podemos cambiarlas, pero podemos seguir adelante a pesar de ellas. El ánimo y la motivación van de la mano. Se alimenta uno a otro. Una persona motivada será animada, aunque las circunstancias sean caóticas. El ánimo que ha recibido de la Palabra de Dios, de los compañeros, y de uno mismo, pueden llevarle sobre las montañas hasta el otro lado. Cuando el mundo te dice, «No, no puedes.» todo lo que necesitas es una voz que diga, «¡Sí, sí puedes!» 

Esa voz pertenece a Dios. 

Muchas veces en mi vida he necesitado que me animen. Me han despedido de trabajos. Me han desalojado de mi casa. He tenido empresas que han fallado. El poder del ánimo, sin embargo, puede hacer que estas cosas sean nulas. Desde una perspectiva de liderazgo, el ánimo es una de las mejores cosas que puedes dar a los que te siguen: a tus empleados o a tu familia en casa. El ánimo no cuesta nada, pero significa todo para aquellos que lo reciben. 

Si necesitas ánimo hoy, entonces esto es todo. Si ves a alguien que pueda necesitar ánimo, dáselo sin vacilación y sé esa voz de ánimo para ellos. 

¡Anímate! Recuerda que no puedes controlar lo que vendrá el día de hoy, pero puedes controlar tus emociones hacia él.

Dios se encargará del resto. 

¡Hoy es mi día para animar!

1. ¿Cuál cosa puedes hacer hoy para animarte?