Hombre Del ReinoMuestra

Creado para gobernar

¡Los estudios demuestran que se puede escuchar el rugido de un león hasta a cinco millas de distancia! Este poderoso rugido levanta el polvo del suelo y sacude los objetos cercanos. Hace que cada animal deje de hacer lo que está haciendo y note la presencia del león. Exige atención. ¿Por qué? Porque un león ruge así para declarar dominio. Les hace saber a todos que están entrando en su territorio, y él es responsable de liderar, de proveer y proteger a todos los que están dentro de su dominio.

Hombres, ustedes fueron creados para rugir. Fueron creados para gobernar. Cuando Dios creó al hombre, entregó la gestión diaria al hombre. Hasta este punto, Dios hizo todo el trabajo. Él habló todo a la existencia, y puso todo en su lugar. Pero cuando creó al hombre al sexto día, declaró: "Que gobiernen". Ahora gobernar no significa dominar. En cambio, piensa en gobernar desde la perspectiva de administrar. Le dio al hombre autoridad administrativa para cultivar el jardín y mantenerlo. En otras palabras, debemos maximizar el potencial de todo en nuestro mundo para el reino de Dios, y también debemos proteger todo en nuestro mundo. Dios nos ha dado autoridad para hacerlo en Su nombre.

En cada partido de fútbol, ​​tienes jugadores y árbitros. Los jugadores tienen poder, son más jóvenes, más grandes, más fuertes y más rápidos. Si golpean a un árbitro, los derribarán. Los árbitros son mayores, más pequeños, más débiles y más lentos, y sin embargo, los árbitros gobiernan. Los jugadores pueden derribar a los árbitros, pero los árbitros pueden echar a los jugadores del juego. ¿Por qué? Porque tienen autoridad. El comisionado de la NFL ha otorgado autoridad a los árbitros para gobernar el juego en su nombre.

Hombres, Dios nos ha dado autoridad para gobernar en Su nombre. Se supone que debemos gobernar sobre la creación de Dios, pero debemos hacerlo a la manera de Dios porque Él todavía es el dueño. Esto es lo que significa ser gerente. A pesar de que Dios nos ha dado autoridad, debemos recordar que aún le rendimos cuentas a Él.