Un Día a la vezMuestra

Dios siempre tiene la razón Creo que sufrí por amor el noventa por ciento de mi vida. Siempre me equivocaba cuando buscaba pareja y nunca tenía a Dios como consejero. Por eso, el noventa por ciento de mi vida lo viví en desamor. Hoy en día, supe esperar en Dios y Él fue el que trajo a mi vida a mi esposo, Edgar. Así que pude ver la diferencia: Cuando las cosas son de Dios, permanecen. De modo que pueden pasar tormentas y dificultades, pero ese amor lucha y enfrenta cada crisis en la ROCA que es Cristo. Cuando queremos hacer nuestra voluntad y actuar como decía una antigua canción «Hagamos lo que diga el corazón», viviremos aventuras y romances que terminan en grandes tragedias, desilusiones y hasta traumas que arrastraremos por años en nuestra vida. El Manual de Instrucciones nos deja ver bien claro que «engañoso es el corazón» (Jeremías 17:9, RV-60). Con tantas experiencias dolorosas que tuve a lo largo de mi vida y cansada de sufrir, un día por fin decidí hacer un ALTO en mi vida emocional e hice un pacto con mi Dios al decirle las siguientes palabras: «Quiero desintoxicarme de los hombres y deseo guardarme para ti y para mis princesas». Y Dios, que es amor, me tomó en sus brazos. Entonces, a partir de ese momento, pude experimentar lo que es estar quieta y esperar en Él. Si estás cansado de una vida amorosa tormentosa, es tiempo de hacer un ALTO y pedirle a tu Padre que te dé la fuerza para dejar esa relación que está destruyendo tu vida. Así, serás capaz de decir, como yo lo hice un día: «Dios quiere lo mejor para sus hijos y siempre tiene la razón».