Esperando en DiosMuestra

Enfocándonos en Dios

¿Sabes a quién estás esperando? Alguien puede decir: "espero que un empleador vea mi hoja de vida". Otro puede decir: "estoy esperando por un esposo/a". O: "estoy esperando tener un hijo/a." Nos inclinamos a enfocarnos en el objeto de nuestro deseo, en vez de enfocarnos en el Proveedor. Pero en realidad, no importa,el objeto ya que Aquel a quien verdaderamente esperas es a Dios.

Estás esperando que Él responda tus oraciones y que Él te dé la solución a tus problemas. Estás esperando Su intervención. Después de todo, la realidad es que: "Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras" (Santiago 1:17). Es el Señor mismo que te da todas las cosas.

La espera significa una resistencia expectante que se demuestra por una actitud de oración sin rodeos, con propósito, activa y valiente. Esto significa que no nos moveremos sin la dirección de Dios. Y la primera característica de una oración piadosa de espera, dirigida a Dios, es lo que veremos en el Devocional de hoy. En vez de concentrarnos en lo que esperamos, nos enfocaremos en el Padre, que tiene el mejor plan para nuestras vidas.

Por último, no importa por lo que estás esperando, estarás mejor preparado y apto para aquello si es que te centras en Dios. ¿Por qué? Porque cuando te enfocas en lo que no tienes, incita a desesperarte. Te obsesionas con tus propias limitaciones, lo cuál refuerza la exclavitud dentro de ti. Recuerda, pecas cuando tratas de proveer por tus necesidades a tu manera. Así que mientras te obsesionas en lo que no tienes, te exclavisas más con el pecado, el cual eventualmente lleva a la destrucción (Rom 6:23). Es un ciclo vicioso y desalentador.

Pero cuando centras tu mirada en Dios, te das cuenta de la increíble fortaleza, sabiduría y poder que están siendo empleados a tu favor. Tienes confianza ya que el Señor sabe y provee lo que es absolutamente mejor para ti. Y porque a Él no le afecta los obstáculos que te limitan e intimidan; las razones por lo que temes desaparecen (Isa. 4:10).

Amigo, el Señor Dios es fiel. Si Él hace una promesa, definitivamente la mantendrá. No te olvides de esto ya que es una de las más importantes lecciones que puedes aprender en tu espera, y se basa completamente en tu entendimiento de quién es Él y la relación que construyen juntos.