La paz es una personaMuestra

La paz llega al estar firmes en el lugar correcto

Durante un tiempo abrumador de mi vida me sujeté a una Escritura que me confortó mucho: “El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto” Isaiah‬ ‭32:17‬ ‭NVI.

Como joven madre agobiada por la vida, añoraba paz y tranquilidad. ¿Dónde podría encontrarlas? Al buscar y luchar por tranquilidad espiritual, comencé a centrarme en la primera parte del versículo. “El fruto de la justicia será la paz…". 

Justicia es una palabra eclesial, religiosa que simplemente significa estar en el lugar correcto ante Dios. 

¿Cómo saber si estamos firmes en el lugar correcto ante Dios? Simple, es cuando tenemos paz: plena confianza de sobrepasar toda circunstancia, conflicto, dificultad y lugar oscuro. El lugar correcto es estar morando con Jesús, alineándonos con Sus estándares de verdad, Su rectitud. Cuando reina el caos y nuestra paz se ausenta, podemos asegurarnos de que nos hemos alejado de Él o que estamos creyendo cosas que no son de Él.

Nuestro Dios es estable, inalterable, fiel y seguro. Él permanece y nunca se va. Como una barra de seguridad en una montaña rusa, si nos aferramos a Él, no seremos conmovidos, sin importar la altura o la profundidad a la que nos lleve la vida. Nuestras emociones no serán extremas, nuestras palabras llevarán la verdad con amor, nuestros pensamientos se alinearán rápidamente con Su verdad. Sus caminos se convertirán en los nuestros. 

Pablo nos dice en Colosenses 3:15: “Que la paz de Cristo gobierneen sus corazones…”. Es una instrucción de elegir constantemente la Paz como el árbitro que dirija nuestra vida, voluntad y emociones, a permanecer en el lugar correcto, rectitud con Dios.

La paz puede ser el valor fundamental de tu vida, el centro que evita que vivas en miedo, preocupación o emociones extremas. Paz es plenitud y protección del enemigo. Es confiar en tu habilidad de ordenar las cosas correctamente y afirmarte en la verdad. Cuando permanecemos en el ilimitado y desmesurado amor y gracia de Jesús, estamos parados en el lugar correcto y “su efecto será tranquilidad y seguridad perpetua”. 

Jesús entró humildemente en el mundo como el Príncipe de Paz y Su regalo de partida es rodearnos de Su eterna presencia.

La paz no es una escena prístina, un lugar sin ruido ni dificultades, o sólo un sentimiento. La paz es la práctica de alinear nuestros pensamientos con los de Él.  

La paz es una persona. 

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