Fe InamovibleMuestra

NO PERMITAS QUE TU SITUACIÓN CAMBIE TU CONFESIÓN 

Hemos leído que en medio de todo lo que enfrentó, Job bendijo el nombre del Señor. En medio de dolor y sufrimiento él no cedió a la tentación de pecar y echarle la culpa a Dios. 

Su fe se mantuvo inamovible, declarando que más allá de todo lo que le tocara enfrentar, de sus labios no saldrían nunca palabras negativas e incorrectas. Que nuestra confesión se enfoque en Dios en lugar de alinearse con nuestra situación actual.

En medio de todo lo que estamos viviendo, ¿cómo está tu confesión?

Hoy en día hay muchos cristianos que confiesan más con sus dedos en redes sociales que con sus labios. Como hijos de Dios, cuidemos aquello que confesamos con nuestros labios y también con nuestros dedos.

¿Hablamos más de Dios o de la crisis? 

Nos encontramos frente a una gran oportunidad para alentar a los demás, para inspirar fe y tranquilizar a aquellos que nos rodean y que no conocen a Dios. Y la forma de lograr esto es hablar más de las promesas de Dios que de los problemas. Imagina cómo sería el mundo si, como dice el versículo de hoy, nuestras palabras fuesen una fuente de vida, animando al cansado, levantando al caído y consolando al corazón lastimado. 

Es común quejarse en medio de la crisis; difundir malas noticias y unirse a la voz de los críticos es bastante fácil, pero confesar que Jesús sigue en el trono a pesar de las circunstancias, y que por encima de los diagnósticos negativos no hay otro nombre como el suyo, eso es algo que requiere una fe inamovible. 

Como Job, te animo a que hoy decidas levantar el nombre del Señor, que frente a cualquier situación difícil no permitas que tu confesión cambie.