Madres inquebrantablesMuestra

Te sostendré

Abrí la puerta y ella se quedó allí, con los brazos llenos de mis cosas favoritas.



"No estaba segura de lo que te gustaría; así que conseguí uno de cada uno", me dijo mientras me pasaba un té dulce y una pequeña caja de helado. Ella me abrazó con tanta fuerza que casi aplastó las golosinas entre nosotras.



"Estoy aquí para lavar tus platos", dijo ella. Y dejó sus bolsas, le dio a mi hija un "¡chócala!" y se dirigió a mi cocina. Pensé que estaba bromeando, porque ¿quién realmente hace eso? Recordé la foto que había publicado en Instagram unas horas antes de mi fregadero que se desbordaba, y cestas de ropa limpia y desplegada sin doblar en el fondo. Realmente había sido "una de esas semanas". Lo había compartido con un emoji de cara pícara, pero me estaba ahogando en secreto por dentro. No podía seguir el ritmo de mis hijos, mi casa, el caos. Y allí estaba ella, lavando mis platos mientras yo permanecía estupefacta.



Esas personas son pocas y distantes, ¿verdad? ¿Pero, por qué? ¿Por qué no salimos todos a echar una mano donde podemos? Y no es como si ella fuera alguien con mucha libertad: tenía tres hijos propios en casa. Se necesita un pueblo como dicen.



Cuando pienso en una comunidad inquebrantable, la imagen de la historia en Éxodo 17 siempre me viene a la mente. Moisés estaba peleando una guerra, y mientras sostuvo su báculo en el aire, estaban ganando. Pero se volvió demasiado para él. Fue entonces cuando su gente, Aarón y Hur, le tendieron los brazos para él. Se mantuvo firme porque estaban allí, siendo su pueblo y ayudándolo a mantenerse firme durante su batalla.



¿A quién le puedes sostener los brazos? Es increíble la diferencia que podemos hacer al simplemente aparecernos. Si todos comenzamos a sostenernos más unos a otros, crearíamos una base inquebrantable para nuestros hijos. En ocasiones sólo tenemos que dar un paso al frente y decir: "¡Te sostendré!".