El Espíritu SantoMuestra

¿Cuál es el resultado de ser llenado con el Espíritu?

Nuestra relación con Jesús crece y somos transformados, para parecernos a Él, llevando el fruto del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.

¿Cuál fue el propósito original de Dios cuando creó a los humanos—y no solo a los humanos en general, sino a ti y a míen particularr? ¿Qué tenía Dios en mente?

Génesis 1 nos dice que Dios creó a los humanos a Su imagen y semejanza. En otras palabras, Dios nos creó para ser como Él en amor y santidad para cuidar el mundo en Su nombre.

Pero, en el Nuevo Testamento, en la sección de la Biblia que comienza con el nacimiento de Jesús, aprendemos más. Descubrimos que Jesús de Nazaret es Dios, y que Él es la verdadera imagen y semejanza de Dios.

El Nuevo Testamento también nos muestra que cuando dice en Génesis que Dios nos creó a Su imagen y semajanza, significa que fuimos creados a la imagen y semejanza de Jesús. Así que fuimos creados para ser como Jesús, que es Dios.

Entonces, cuando unimos todo esto, vemos que los humanos fuimos creados para ser como Jesús en el mundo.

¡Qué misión tan abrumadora! ¿Podemos dar la talla?

Allí es donde el Espíritu Santo entra en acción.

Cuando Jesús subió al cielo, nos dio al Espíritu Santo para que pudiéramos llevar a cabo el propósito de Dios en el mundo. El Espíritu Santo no solo nos limpia de nuestros pecados. No solo nos da una relación con Jesús. El Espíritu Santo nos llena con la vida y poder mismos de Dios para que seamos más como Jesús.

En la carta a los Gálatas, Pablo nos da una lista de características de Jesús que el Espíritu Santo quiere darnos a nosotros: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.

Toma un momento para examinar tu vida y pregúntate si muestras cada uno de los dones del Fruto del Espíritu. Y para los que no has alcanzado, invita a Dios a través del Espíritu Santo a cambiarte para que seas más como Su Hijo, Jesús.