[El Camino A La Renovación] RestauraciónMuestra

Restauración

Cualquiera sea la prueba por la que estemos pasando, aun si es muy difícil, aun en medio de pérdidas, podemos encontrar a Dios allí como lo hizo Job cuando estaba pasando por el momento más difícil de su vida. Había perdido todo lo que tenía. Había perdido sus rebaños, sus sirvientes, su casa, sus hijos, su salud y su esposa. Cuando leemos el libro de Job, podemos llegar a hacernos muchas preguntas acerca de por qué Dios permitiría que el enemigo hiciera todo lo que hizo en la vida de Job. Dios estaba trabajando en perfeccionar su propósito y su voluntad en Job. Cuando el Señor le permite al enemigo tocarnos, es porque Él tiene un propósito grandioso en mente para nuestras vidas. El momento en que Job se encuentra con Dios, luego de haber hablado con los pocos amigos que le quedaban, ese es el momento en el que se arrepiente de su autocomplaciente rectitud, creyendo que conocía los caminos de Dios cuando en realidad no los conocía. Cuando él se arrepiente, el Señor lo restaura. Dios restaura su casa, sus relaciones, su economía, su familia y su legado.

La historia de Nabucodonosor es otra historia de restauración en la Biblia. Él fue uno de los mayores reyes del imperio más grande del mundo en esa época. En su palacio estaban los «jardines colgantes», una de las siete maravillas del mundo antiguo. Él estaba orgulloso de todo lo que había logrado. Un día, admirando todas las cosas que había hecho, comienza a pensar más de sí mismo que lo que debía, tratando de robarle la gloria a Dios. En ese día Dios le dice que es tiempo de que su sueño se haga realidad. Había soñado anteriormente que iba a perder todo lo que tenía. Así que llega a acontecer que el rey Nabucodonosor se vuelve loco por siete años, pierde su trono y se convierte en casi un animal. Sin casa, empobrecido y trastornado, hasta el día en que levanta sus ojos al cielo, se arrepiente y reconoce la soberanía del Señor, entonces Dios lo restaura y le da aún más de lo que antes tenía. 

Cuando levantamos nuestros ojos al cielo reconociendo a Dios, Él comienza a restaurarnos, aun cuando creemos que hemos perdido todo. Él puede restaurar nuestra salud, nuestras mentes, nuestras relaciones, nuestra pureza, nuestra familia, nuestra inocencia, nuestro destino y nuestro propósito. Podemos chocar en el camino de nuestras vidas, podemos alejarnos, de pronto ir muy rápido. Sin embargo, Dios puede devolvernos los años que las langostas nos han robado y restaurar lo que sea que necesita restauración en nuestras vidas.

¿Qué has perdido? Ya sea perdida financiera, emocional o de salud, lo que sea que las huestes merodeadoras hayan quitado de tu vida, sean meses o años, semanas o días, no digas que nunca los recuperarás. ¡Dios es un Dios de restauración! Él puede tomar los años que quedan de tu vida y hacerlos más grandes que los años que piensas que has perdido. Necesitamos levantar nuestros ojos hacia Él, y como hizo David, clamarle al Señor: «Restaura Señor lo que he perdido».

Busca a Dios, arrepiéntete y vuélvete a él. Ora a Dios por un renuevo y una restauración en tu vida. Así como hicieron el rey David, Nabucodonosor y Job. Ora por una temporada de restauración supernatural de Dios en tu vida. 

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