La Cruz y Covid-19: Descubre esperanza en esta PascuaMuestra

Al ver lo que acontecía en el templo (Marcos 11:11), Jesús fue al lugar más público, conocido como la corte de los gentiles, en donde se llevaba a cabo un comercio muy activo. Las autoridades del templo habían permitido y lucrado con esto. Los animales "autorizados" para los sacrificios del templo solo eran vendidos en el templo. Los cambistas estaban ocupados haciendo grandes ganancias, se aceptaba una moneda especial para comprar los animales y para pagar el impuesto del templo.

Lleno de pasión por el nombre de Dios y Su gloria, Jesús echó a una multitud de cambistas y volteó sus mesas y bancas. También evitó que se usaran incorrectamente las cortes del templo como un atajo para transportar su mercancía. Fue dramático como Dios limpió el templo con ira divina.

Luego Jesús le enseño a la multitud quienes pudieron haber visto con asombro cómo limpió el abuso y las ganancias impías en la Corte de los Gentiles. Citó a Isaías 56:7 y a Jeremías 7:11, repitiendo lo que Dios había dicho: Su casa seria "una casa de oración de todas las naciones", Israel debía guiar a las naciones(gentiles) a alabar a Dios. Pero los que no creían a Dios había convertido la corte en una "cueva de ladrones" (Marcos 11:7).

Viendo contra quien se enfrentaban, los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, que habían sacado provecho de esta comercialización espantosa, conspiraron para matar a Jesús. Lo vieron como competencia y una amenaza.

Normalmente, las hojas de una higuera indican cuando la fruta viene en camino. De camino al templo, Jesús maldijo una higuera sin fruto que ya tenia hojas maduras antes de la temporada de higos. Había dado la falsa impresión de que tenia frutos cuando en realidad no los tenía. Esto representaba en lo que el pueblo de Dios se había convertido: hipócritas y pretenciosos. El templo tenia multitudes pero no estaban dando fruto espiritual. Al día siguiente, los discípulos vieron que la higuera maldecida "se había marchitado desde la raíz" (Marcos 11:20), una lección sobre las consecuencias de la desobediencia y la infidelidad, una advertencia del juicio inminente (el templo fue destruido por los romanos en el año 70 DC). Entonces mencionó algo sobre la fe y dar fruto. La fe en Dios puede mover montañas y se expresa en oraciones que mueven montañas (Marcos 11:23-24). Esa clase de fe también produce el poder de perdonar a otros así como nosotros somos perdonados por nuestro Padre (vs.25). La fe produce fruto.

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• En medio de las preocupaciones sobre el brote del COVID-19, ¿cómo puede la iglesia y nosotros como individuos, recordar nuestra misión celestial? ¿Qué harás al respecto esta semana?


• ¿Qué clase de fruto podemos llevar en estos tiempos de incertidumbre y requerimientos de "distanciamiento social"? ¿Qué podría ser lo que Dios esté buscando en nosotros?¿Cómo podemos practicar nuestra fe y obediencia?

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