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Todos tomamos decisiones que amenazan nuestro potencial para influenciar a otros para bien. A veces esas elecciones son cosas que todo el mundo ve y conoce. Y otras veces, esas elecciones se hacen en secreto. De cualquier manera, una de las mejores cosas que podemos hacer para superar nuestros errores y recuperar parte de nuestra influencia es confesárselos a los demás. Compartir nuestros errores con personas en las que confiamos, personas que nos animarán, que orarán por nosotros y que nos guiarán hacia el bien, no solo es un paso que hará crecer nuestra fe, sino que también hará crecer nuestra influencia. ¿Hay algún pecado o lucha del que necesites hablar con alguien? Esta semana, compártelo con un amigo de confianza o líder de grupo pequeño.